El aspecto que tiene la Plaza Mayor de Leganés, no ha sido ni mucho menos siempre así. Muchos recordarán que este espacio se inauguró en el 2008 y que anteriormente era el antiguo Estadio Municipal de fútbol del equipo de Leganés.
Desde que el Club Deportivo Leganés se fundase en 1928 por Félix Pérez de la Serna, no ha dejado de escalar categorías. En esa década, entre siete y ocho amigos se reunían para jugar en campos de regimiento. La cosa empezó a crecer, y de jugar a la Plaza de Roma empezaron a hacerlo en la Plaza Mayor, que era el Olivar de las Monjas junto a la tapia del psiquiátrico Santa Isabel.
El crecimiento de Leganés avanzaba a pasos agigantados y había que adaptarse a las nuevas necesidades. En la década de los 20 la población era de 4.362 habitantes, produciéndose un aumento significativo entre los sesenta y setenta, de 8.000 a 57.000. Fue de gran importancia el desarrollo de la industria desde la década de los cincuenta y la amplia llegada en los sesenta de habitantes desde Extremadura, Castilla la Mancha y Andalucía. Los barrios fueron creciendo, siendo San Nicasio el primero en 1961, que llevaría a la creación de un Plan General de Ordenación Urbana en el 66, con nuevos barrios. Se propició el transporte, la educación y la sanidad, y así en los ochenta llegó al municipio la Universidad Carlos III y el Hospital Severo Ochoa, junto a otros hitos significativos como la remodelación de Parque Polvoranca o el centro comercial. Hacia los noventa ya se había llegado a la cifra de 172.729 habitantes y Leganés, conocida en sus inicios por su agricultura, comenzaba a desarrollarse como una ciudad dormitorio en la que sus habitantes trabajaban principalmente en la capital.
La Plaza Mayor de Leganés surge en 1997
Por ello, cuando el equipo de fútbol ya estaba en Segunda División (desde 1992), se acordó el plan en 1997 de construir en ese espacio que era un campo, una gran Plaza Mayor, pues hasta entonces no había ninguna en la ciudad. Con ello, “El Lega” se trasladaría al actualmente Estadio Municipal de Butarque, inaugurado un año más tarde, ya en categoría de Tercera División.
Así, hacia el 2004, con Rafael Gómez Montoya en la alcaldía, ya estaba en proceso un plan de desarrollo urbanístico con la peatonalización de muchas calles del casco histórico y la creación de la Plaza, dispuesta a albergar el Ayuntamiento, viviendas, locales y un amplio aparcamiento subterráneo. Su inauguración oficial llegó en el 2008, con el aspecto con el que lo conocemos actualmente.
En el eje creado con el Hospital Severo Ochoa y la Universidad Carlos III, se pensó como un nuevo punto de encuentro para la ciudadanía dejando un amplio espacio para la realización de actividades. Con una dimensión de 87 x 54 metros, y una superficie de 4.700 metros cuadrados, es de las plazas más grandes del municipio batallando con Mateo Luaces (Arroyo Culebro) aunque pardójicamente es de las menos transitadas, a pesar de haberse tenido en cuenta las zonas de sombra con la creación de soportales. Esta estructura nos recuerda a otras plazas como, por ejemplo, Madrid capital.
El elemento más significativo y controvertido de la plaza comenzó a funcionar el 9 de mayo de 2007, a las diez de la noche: el reloj de autómatas. Un reloj suizo con una maquinaria francesa del siglo XIX y campanas fundidas en Holanda que costó la friolera de un millón de euros, sin tener en cuenta los gastos de su reparación, pues al mes siguiente dejó de funcionar. El carril por el que deben salir las seis figuras de dos metros de alto dos veces al día (a las dos de la tarde y a las diez de la noche), raramente no da errores. Creado por Jean Françoi Junod, representa símbolos de los valores de la ciudad. Así, por ejemplo, la anciana es significativa por ser la ciudad más longeva de Europa, el caballo como nobleza y templanza de los ciudadanos, la bailarina como arte y tradición, los niños jugando al fútbol por el compromiso del municipio con el deporte y la juventud y el pregonero como figura del pueblo.