La histórica abogada Cristina Almeida ha visitado Leganés para reflexionar sobre su trayectoria durante la Transición y alertar del retroceso democrático que, a su juicio, se vive actualmente. “Hay un ataque internacional con mucho dinero para atacar la democracia y la igualdad”, ha asegurado ante un auditorio lleno en la Biblioteca Central.
Durante el encuentro —celebrado junto a referentes del movimiento vecinal como Félix López Rey, Ángel Sánchez o Rosa Mendoza— Almeida reivindicó el papel de la lucha social en la conquista de derechos fundamentales. “Estoy muy contenta de mi vida. Ha sido una vida de trabajo, de dolor, de lucha… pero ganamos. Ahora se está perdiendo, pero ganamos”, sentenció.
El acto sirvió para recordar la historia de la abogacía militante durante el franquismo y la Transición, en parte gracias a la repercusión de la serie ‘Las Abogadas’, grabada en Leganés y disponible en Netflix y RTVE Play, y del reciente pódcast ‘Las Abogadas & Compañía’, que han devuelto al centro del debate público el papel de mujeres como Cristina Almeida.
Memoria de lucha vecinal en la Transición
Félix López Rey, activista vecinal en Orcasitas y actual concejal de Más Madrid, rememoró las condiciones de vida en los barrios obreros durante el tardofranquismo: sin luz, sin agua corriente ni recogida de basuras. “Venían un par de veces al año a recoger los excrementos. ¿Os imagináis lo que es vivir sin váter?”, compartió.
«No había luz en las calles, todo el mundo tenía linternas, hasta finales de los 60 no había camionetas, no había agua corriente y la recogida de basuras en Madrid no se hace hasta el año 64… En nuestra casa, venían de las huertas de Zarzaquemada un par de días al año a llevarse los excrementos, ¿os imagináis lo que es vivir sin váter? Para ducharnos íbamos a las duchas públicas de la Glorieta de Embajadoras o Bravo Murillo. Esas eran nuestras condiciones de vida. Todo esto luchamos por ello»
Félix López Rey, activista de Orcasitas
Por su parte, Ángel Sánchez relató cómo en Leganés se movilizaron miles de personas por la construcción del Hospital Severo Ochoa, colegios y centros de salud. “Había que explicar qué era un centro de salud. Solo existían las casas de socorro”, recordó, destacando el papel clave de las asociaciones vecinales, ahora en entredicho.
“Si gente analfabeta fue capaz de poner en jaque a los dirigentes, ¿cómo es posible que ahora, con una sociedad más formada, retrocedamos?”
Félix López Rey, activista Orcasitas
Ahora es un mundo mejor, por el que luchamos con todo lo que hicimos, y lo quieren hacer muchísimo peor. Para eso se necesita deseo y ánimo.
Cristina Almeida, abogada laboralista
El poder de la educación y la conciencia política
Cristina Almeida insistió en la importancia de conocer la historia para entender el presente: “No son batallitas del abuelo. Son las ilusiones de una juventud que desde lo más negro supo entrar en el mundo del color. No permitamos que nos lo vuelvan a negro”.
Recordó también cómo su formación universitaria marcó su vida: “Haberme dado la oportunidad de estudiar es haberme cambiado la vida y conocer la vida de un país”. Fue en la universidad donde entró en contacto con el antifranquismo y se afilió al Partido Comunista en 1964, un año después de que el régimen fusilara a Julián Grimau.
Las redes y el riesgo de retroceso
Almeida alertó de los peligros actuales: bulos, manipulación y desinformación que amenazan con desmovilizar a la ciudadanía. “Las redes están en manos de gente que no tiene ni idea de política y están metiendo bulos para quitar la ilusión. Hay una ofensiva global contra la democracia”, afirmó.
“Conseguimos las libertades porque muy pocos se rindieron. Hoy hace falta deseo y ánimo para no perderlas”
Tal y como se confirmó en el debate posterior, las redes han afectado también a los movimientos reivindicativos y sociales. «Si no estás en las redes no existes, igual que si no estás en las calles», decía Carlos Poblete, concejal del Ayuntamiento de Leganés por Más Madrid. «Hay una crisis porque estamos en otros tiempos. La movilización de la calle no sé qué permeabilidad tiene ahora entre las nuevas generaciones, creo que se llega de otra manera. Entendemos que no todos son las redes, pero no todo es la calle«, sostiene. Y es que hay un gran debate sobre cómo incorporar este sistema a la lucha social, a pesar de que muchos lo consideran compatible.