El Ayuntamiento de Leganés ha celebrado el primer pleno con público tras la COVID acordonando el edificio municipal ante la convocatoria de protestas
Tras el parón del COVID Leganés ha vuelto a celebrar un Pleno con presencial y con público. Pero esta vuelta no ha sido a la «normalidad». Un cordón de Policía Local que cercaba la puerta del edificio del Ayuntamiento sorprendía a los vecinos que esperaban acceder. «¿Y esto desde cuándo?», se preguntaba uno de los asistentes, «¿pero podemos pasar?», cuestionaba otra.
Con este precinto se han alejado las protestas de los sindicatos policiales UPM y CPPM así como el Comité Unitario de Trabajadores. Parte de sus representantes han protestado ante la puerta con bocinas que podían escucharse en el interior.
A pesar del cordón, el acceso al Pleno no ha cambiado con respecto a citas anteriores, realizando el control de aforo tradicional. Treinta personas han podido acceder a las gradas, entre las que se encontraban algunos de los propios manifestantes. A ellos se les ha hecho entrega de una fotocopia en la que podía leerse el artículo 46 del ROM donde se prohíbe al público hablar o aplaudir durante la sesión.
Protestas desde el interior del Pleno
Al inicio de la sesión, el vocal de la AVV Zarzaquemada, Ángel Sánchez, ha mencionado la situación en su intervención en la presentación de su moción de Participación Ciudadana: «la entrada a este Pleno no me ha parecido la más acertada. Estaba cercada. Y esto me parece un síntoma de que las soluciones de los problemas de este Pleno no están cerca». En su intervención, Sánchez ha criticado que el Gobierno no escuche las propuestas ni de instituciones, ni sindicatos, ni de la oposición «que ya es sangrante».
A lo largo de la sesión, miembros de estos sindicatos continuaron con su protesta en las gradas. «Sé que no tenemos la palabra, nos lo han dado por escrito, pero decir que aún estamos a tiempo de solucionar las cosas«, aseguraba en mitad de la sesión Raúl Sánchez, portavoz de CPPM, en representación de la Policía Local de Leganés antes de abandonar el Pleno.
Por su parte, miembros de la CUT se mantuvieron en la sesión mientras protestaban sosteniendo carteles con diferentes consignas. Carteles que agitaban durante las intervenciones de los concejales del grupo socialista. «¡Qué hable el privatizador!», se podía escuchar ante el turno de Javier Márquez, concejal de Obras e Infraestructuras. Gritos a los que el alcalde, Santiago Llorente, no amonestó a pesar de la advertencia a través de los folletos.
Entre los carteles que sostenían los trabajadores podían leerse algunas consignas como «Gobierne quien gobierne, la plantilla siempre pierde» o «Los servicios municipales son un horror y si salen adelante es por el sobre-esfuerzo del trabajador».
Estaría don Santiago muy incomodo con lo tímido que es él.