«Es muy emocionante ver cómo los vecinos de Leganés, y el Ayuntamiento, aún recuerdan a tu madre con tanto cariño e ilusión«. Esto nos confesaba María, hija de Paquita Gallego, con lágrimas en los ojos en la inauguración de la exposición en homenaje a su madre. Hace 37 años de su fallecimiento, pero su legado sigue igual de vivo gracias al comedor social que lleva su nombre.
Bajo el objetivo de «dar amor» a quienes más lo necesitan, Paquita Gallego forjó su vida en torno a los trabajos sociales. Y así lo vemos en esta exposición que se ha convertido en un repaso a su vida, obra y sus muy merecidos reconocimientos. Hija predilecta de Leganés, medalla de plata de la ciudad y la medalla al mérito del trabajo son algunos de los que podemos ver en esta exposición.
«Nos hubiera gustado traer más cosas para hacer más completa la exposición pero en aquella época no había cámaras a mano y era más difícil fotografiar los momentos clave», lamenta María. A pesar de ello, se trata de una muestra muy exhaustiva de toda su vida: desde su boda, su vida con sus hijas y su trabajo social.
Teresa de Calcuta en Leganés
«Mi madre era muy amorosa, nos compartía mucho con nosotros y luego con los demás», recuerda María. «Hay una foto muy especial en la que está leyendo porque mamá siempre estaba, en su poco tiempo libre, en la butaca con sus gafas leyendo la Biblia». Una faceta religiosa por la que conectó con el párroco de la Iglesia de San Salvador, quien contactó con Teresa de Calcuta. La santa visitó Leganés y al ver su labor y la necesidad de la población llegó a quedarse algunos días, algo reflejado en esta muestra.
El Comedor Social Paquita Gallego
Pero si algo rememora la esencia de Paquita Gallego es el comedor social, que sigue teniendo al frente a Loli Rasero, voluntaria durante la etapa de la fundación y que lleva al frente de este recurso 37 años. «Es mi jefa, yo sigo trabajando para Paquita», dice con una sonrisa y los ojos vidriosos al recordar al equipo que trabajaba con ella: «cuando ves estos recuerdos te das cuenta de que los años pasan».
Loli intenta mantener el espíritu de Paquita en el comedor social, haciendo que esté presente por todas partes mostrando su testamento o sus fotografías, pero no solo eso. También marca la forma de actuar de las nuevas voluntarias. «Mantenemos la esencia», reitera, asegurando que busca que el comedor «sea un hogar para quienes van cada día», algo que Paquita comenzó. Y es que su legado, que se puede ver en las paredes del CC José Saramago hasta el próximo 6 de octubre, sigue vivo hoy en día.