La presión alta entre ceja y ceja es uno de las cualidades indispensables que debe tener un jugador para vestir la elástica blanquiazul. Y Miguel Ángel Guerrero lo sabe. El delantero de Toledo lleva la lucha por el balón grabada en la mente.
Creció en los grandes clubes de Madrid
Miguel Ángel Guerrero nació en Toledo un 12 de julio de 1990. Por su cercanía a la capital, marcó sus primeros goles en las canteras de equipos madrileños de la talla del Getafe, el Real Madrid y el Rayo Vallecano. Finalmente, a pesar de forjarse en tierras madrileñas como un punta de referencia, volvió al fútbol castellano en el año 2009, con 19 años, para recaer en las filas del filial del Albacete Balompié, aunque llegó a jugar esa misma temporada con el primer equipo en Segunda División.
Esfuerzo y goles decisivos
Tras dos años en Albacete, firmó por el Real Sporting en verano de 2011 para jugar su primera campaña en Asturias con el segundo equipo, con el que marcó doce goles en 29 partidos. Méritos suficientes para ganarse la ficha con el primer equipo, con el que fue experimentando una evolución que culminó en la temporada del ascenso a Primera, año en el que fue el máximo goleador rojiblanco con diez dianas.
Perdió protagonismo en su primera temporada en la máxima categoría, marcando solo dos goles con un club que acabaría descendiendo. Ese mismo año fichó por el Club Deportivo Leganés, equipo debutante en Primera División. En la campaña 2016/2017, el toledano marcó cinco goles decisivos en la salvación del Leganés y fue elegido mejor jugador de la temporada en la entidad pepinera.
Ha perdido protagonismo este año
Con ello nos remontamos a la actualidad. En la actual temporada, el papel de Miguel Ángel Guerrero ha perdido importancia con la llegada de Claudio Beauvue y Nordin Amrabat. El de Guadalupe es el titular indiscutible para Garitano desde las primeras jornadas de Liga, mientras que el marroquí ha encontrado su sitio en la banda izquierda, donde aporta más que en punta.
Guerrero, que solo lleva un gol menos que Beauvue, ha marcado un octavo de los goles del Club Deportivo Leganés en Primera División: 7 de 56. Una cifra discreta para un delantero pero decisiva para un equipo donde los goles se marcan con cuentagotas. Sin embargo, se ha convertido en un futbolista de segunda fila, incluso por detrás de futbolistas como Naranjo, que ha tenido un gran escaparate en Copa del Rey.
Guerrero, que aportó un gol importante en la victoria por 3-2 contra RCD Espanyol hace dos semanas, espera poder reivindicar su esfuerzo, su trabajo con oportunidades y goles que acerquen al Leganés a la permanencia.
