Sara y sus dos hijos se enfrentan al cuarto intento de desahucio tras aplazarlo el pasado mes de noviembre. La ONU ha interpuesto un escrito para su paralización.
Sara, de 29 años, es madre soltera de dos pequeños de 1 y 8 años de edad se enfrenta a su cuarto aviso de desahucio. Con un trabajo en el que cobra 4.80€ la hora por limpiar, la joven no puede afrontar los gastos de un alquiler. «No tengo otra cosa, no quiero dar la patada a una puerta, quiero pagar».
Tras un aplazamiento de siete meses para poder buscar una alternativa habitacional, Sara asegura que no ha podido encontrar ninguna otra cosa para ir a vivir con sus hijos. «Puedo pagar un alquiler de 500€ pero no reúno las condiciones de tener contrato fijo o pagar 1500€ de entrada«. Por ello, se enfrenta a un cuarto aviso de desahucio.
La vivienda, que se encontraba okupada desde hacía 15 años, es propiedad de la Agencia de Vivienda Social (antiguo IVIMA). «En la AVS no nos responden, y ha llegado un nuevo mandato de la ONU diciendo que paren el desahucio. Remarcan que es la empresa municipal tiene que solucionar el problema y es la que lo está generando», asegura la propia afectada.
 
Apoyo total de los vecinos
Como en su primera ocasión, Sara se encuentra arropada por los vecinos. «Es una vecina excepcional, ayuda y se ofrece a dar soluciones en todo», aseguraba una de las vecinas que le ofreció su apoyo en el anterior intento de desahucio. Incluso se ha ofrecido a limpiar el portal puesto que no tienen jardinero en la mancomunidad donde vive.
La vivienda llevaba 15 años vacía y estaba okupada por una persona problemática que estafó a Sara haciéndose pasar por la dueña para alquilarle la habitación y, más tarde, huir. «La persona que daba problemas no la echan y a mi, que quiero pagar y estoy pagando, me echan a la calle», remarca.
De hecho, está haciendo frente a los gastos de comunidad, teléfono y gas del piso e incluso hizo una reforma en la casa de cocina y baños para mejorar el estado ruinoso en el que se los encontró: «pedí un préstamo para la reforma que aún estoy pagando».
Una solución asequible
Por todo ello, Sara insiste en que necesita más tiempo pues únicamente puede hacerse con trabajos temporales aunque «todos los trabajos que me ofrecen los cojo». Aún así intenta ahorrar lo necesario para poder hacer frente a los gastos de entrada de un alquiler y solucionar su situación.
«Yo no estoy pidiendo que me solucionen la vida con dinero sino una prórroga de dos años que es lo que me costará ahorrar», asegura la afectada en palabras a LEGANÉS ACTIVO. «He tenido mi nomina de 1.200€ y he tenido mi vida. No estoy pidiendo dinero para comer ni para nada, solo pido un alquiler que pueda pagar».