Café Quijano ha hecho parada en medio de su gira “La vida no es La La La” en Leganés, donde ha presentado su último disco acompañado de sus mejores éxitos, dentro del ciclo de espectáculos de las lunas del Egaleo.
Empiezan puntuales, a las 22:15 todas las luces se apagan y un tono azul inunda el escenario. Sin más preludios, una guitarra eléctrica empieza a sonar y el sonido se alarga, empieza a haber cierta impaciencia. En cuanto Manuel, Raúl y Óscar aparecen en escena, estalla el público en aplausos. Sin más, arranca un concierto en el que, de primeras, se intuye cierta decepción en los hermanos Quijano que, en esta última gira con más de la mitad de los conciertos con “sold out”, no han conseguido mover a tanta gente como se esperaba. Sin embargo, no descienden el ritmo.
Empiezan así con el tema “Tequila”, de “¡Qué grande es esto del amor!” (2003), que resume a la perfección el hilo conductor de sus temas, entre el amor, el alcohol, las mujeres y los bares. Pero, antes de continuar, Manuel, cantante principal del grupo, nos pone en antecedentes: reconoce haber protagonizado muchas de las historias que cuentan (por lo del alcohol, las mujeres y los bares) y asegura haber empezado con un título un tanto extraño; “pero el que viene es peor”, reconoce al anunciar “Cerrando bares”, más cañero que el anterior.
A la tercera, nos muestran la otra cara de la moneda con “Sólo te puedo decir” y no tardan en ponerse sentimentales, reconociendo tener momentos con “exceso de enamoramiento” ya que a veces “las palabras no alcanzar a decir todo lo que sientes”. Las letras se van tornando melancólicas, compensándolo con ritmos que enganchan, en ocasiones a contratiempo, que van moviendo poco a poco al público de sus butacas. El juego de luces, muy dinámico, va variando continuamente y enfocando a la platea donde la gente se va acumulando y bailando; en ocasiones en pareja, motivados por los ritmos latinos como los de su más reciente canción “Habanera” (2018), en la que algún grito de “Cuba” se va alternando entre los énfasis al título de la canción.
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La noche, que de todo el ciclo de las lunas del Egaleo es la única en la que parece soplar algo de aire, se va caldeando y para la quinta, Óscar y Raúl ya se han despojado de las americanas. Manuel, muy pendiente del público y de ir enlazando historias que den sentido a lo que interpretan, muestra su incomodidad con resumir en los títulos las canciones, según las va anunciando. Vuelven a los boleros y al sentimentalismo rescatando temas de “Orígenes: el bolero volumen 3” como “Cuatro palabras, nada más” en el que dejan las eléctricas de lado y sacan ukelele y españolas. Poniendo el contraste, lo aclaran: “la gente cree que somos unos golfos y nada más lejos de la realidad, somos unos románticos empedernidos, creemos en el amor para toda la vida”. Esta sentimentalidad, estalla en el momento más emotivo de la noche, interpretando “Jamás”, un tema en el que colaboran con Carlos Baute en su último disco.
Con éxitos de ahora y siempre
No pueden faltar menciones a otras colaboraciones, como la que hicieron con Joaquín Sabina “No tienes corazón” (2003), desplegando esa gracia y desparpajo de las que pueden jactarse, contando historias de mujeres (cómo no) y despecho, muy en sintonía con los temas de Sabina. Llegan así a una de las esperadas de la noche “La vida no es La La La”, que da nombre a su disco y gira.
Mientras tanto, van alternando con canciones con títulos de mujer, desde “La Magdalena” a una más reciente “Mina”, haciéndose esperar la más famosa de todas. A un ritmo marcado de bajo en el que Óscar toma gran protagonismo, van presentándose y dándole el protagonismo a otra mujer: “¿Cómo se llama?” El público se arranca al grito de “Lola”, tema que les impulsó a la fama. Por si una sola mujer no es suficiente, en contraste con ese romanticismo, nos habla “Desde Brasil” de tres a la vez: “y es que por más que yo te quiera, y aunque tres vidas viviera, pendenciero y mujeriego lo seré hasta que me muera”.
Para ir cerrando la noche, alternan los temas más cercanos al pop rock “Nada de na” y un final con “La taberna de Buda”, con su single “Te pide perdón”. Acaban así como empezaron, hablando de bares y de historias que poco o nada tienen que ver con asuntos del corazón.