La Asociación Cíclope critica la mala actuación del Ayuntamiento de Leganés a la hora de regular los ciclocarriles y el tránsito peatonal. El Plan de Movilidad para la desescalada ha contado con una partida de casi 100.000€.
Peatones y ciclistas urbanos de Leganés han relatado a través de un comunicado no sentirse prioritarios en el Plan de Movilidad del Ayuntamiento. Respecto a las decisiones contempladas en el Plan Protege sobre el tránsito peatonal y la extensión de ciclocarriles, consideran que se vuelve a actuar tarde, mal o para nada, y es que desde la Asociación Cíclope aseguran que fundamentan esta opinión desde el análisis de las pocas e ineficaces medidas que se proponen.
Señalizar y dar direccionalidad a las aceras sin tomar una sola medida para que los viandantes recuperen espacio a costa del coche denuncian que dice mucho de la escasa sensibilidad y conocimiento del modo peatonal de la administración pública. Además, apuntan que se desaprovecha este tiempo que podría utilizarse en medidas de cierres totales o parciales de calzadas a favor del modo peatonal como consecuencia del descenso acusado del tránsito motorizado.
Para ellos, direccionar las aceras y usar la distancia de seguridad como excusa es infantilizar a los viandantes y abogan por normativas más ambiciosas. Instan a tomar medidas de conquista del espacio público por parte de los peatones realizando un plan extenso de cortes de calles para favorecer su uso peatonal, rechazando con ello la propuesta existente y que se está llevando a cabo.
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Tampoco agrada en el colectivo la promoción de ciclocarriles sin haber tomado antes ninguna decisión que restrinja o mitigue de alguna forma el tráfico motorizado. La medida actual, según ellos, no protege de manera activa a los ciclistas y corresponde más a políticas ciclistas mucho más consolidadas. Esta misma petición dirigida a los vehículos a motor también estaría afectando a los transeúntes.
En última instancia, puntualizan las deficiencias de las vías ciclistas ya existentes en cuanto a la señalización, al deterioro y a la inexistencia de marcas de prioridad. En consecuencia, los mayores damnificados por estas lagunas serían los usuarios con menos destrezas sobre el sillín, los más vulnerables en aglomeraciones. Su insistencia va nuevamente encaminada a la implantación de cortes y restricción del tráfico por todos los barrios para paliar la falta de espacios para peatones y ciclistas, llegando a tachar la presente actuación de medida ventajista, improvisada e irreal.