Los directores de centros escolares de Madrid tienen serias dudas sobre la vuelta a las clases en junio. Reclaman reglas claras para garantizar la seguridad
El debate sobre el regreso de las clases en la Comunidad de Madrid está sobre la mesa. A tres semanas del final del curso, el gobierno regional ha propuesto que los centros vuelvan a abrir sus puertas aunque sea a un grupo reducido de alumnos, algo que los directores ven inviable en estos momentos. Y es que las medidas de seguridad son importantes debido al alto nivel de contagio. Con las clases llenas, un alumno podría contagiar a 100 personas: 24 compañeros, el profesor y sus respectivas familias.
«Somos directores, no sanitarios, y no tenemos un protocolo claro de cómo hacer las cosas para evitar contagios», asegura Alejandro Garrido, director del CEIP Lope de Vega de Leganés y miembro de la Junta de portavoces Madrid-Sur del Consejo de directores de Madrid. En este protocolo, los directores de centro reclaman conocer qué circuitos utilizar, si recomendar el uso de mascarillas en espacios cerrados, o si mantener los recreos. «Los alumnos no pueden interactuar, solo van a deambular por el patio».
La solución más propuesta es la división de las clases para garantizar que se mantenga el espacio de dos metros de seguridad. «Una clase de 25 alumnos habría que dejarla en 16, eso implica ocupar un aula más con su consiguiente profesor», explica Garrido que ve inviable esta propuesta por falta de espacios en los centros y de intención de reforzar las plantillas.
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Lo mismo pasa con la intención de que medio alumnado esté presente y el otro medio en sus casas, «¿quién va a instalar las cámaras para que se emitan las clases online?». Durante estos meses los profesores se han apoyado en la plataforma EducaMadrid que, aunque funciona bien, no ha soportado la gran cantidad de peticiones que ha tenido sosteniendo a todos los centros de la Comunidad de Madrid. «Si se va a hacer todo online, hay que potenciar la herramienta», apunta.
Innecesaria vuelta a las aulas en junio
Una de las posibilidades que se proponía desde la Comunidad de Madrid era la vuelta a las aulas en junio, al menos, para las actividades de refuerzo de los que se han quedado atrás estos meses y los alumnos de 4º ESO y 2º de Bachillerato. Para los directores, esta propuesta tiene varias lagunas ya que ven insuficiente el tiempo que queda por delante. «La funcionalidad de esta propuesta es mínima», asegura Garrido, quien insiste en que la ausencia de un protocolo abriría la incertidumbre de posibles contagios.
Por ello, reclaman la existencia de estas normas claras que unifiquen los criterios a seguir para todos los directores que, además, puedan adaptar las medidas a cada uno de los centros. «Tenemos tiempo, pero más tarde del 15 de junio iríamos tarde. Hay que preparar todo el centro escolar y adaptar la forma de dar clase».
