El joven pasaba el fin de semana con su pareja cuando resbaló y se despeñó desde una altura de al menos 30 metros. El accidente se produjo en la llamada Cascada del Diablo, en la población extremeña de Villanueva de La Vera.
Un fatídico resbalón se cobró la vida de un vecino de Leganés de 21 años durante una escapada de fin de semana a la comarca de La Vera, en Cáceres. El joven se encontraba junto a su novia este sábado visitando la Cascada del Diablo, uno de los paisajes naturales más turísticos de la zona, cuando se precipitó desde una altura de entre 30 y 40 metros.
El servicio de emergencias de Extremadura confirmó a primera hora de la tarde el desenlace de este suceso. La intervención de los efectivos del Punto de Atención Continuada de Villanueva de La Vera, dotaciones de bomberos de Navalmoral de La Mata y Plasencia y agentes de la guardia civil no fue suficiente para recuperar sus constantes vitales.
#Acc_personal en la Cascada del Diablo #Villanueva_de_la_Vera fallece un joven al precipitarse. Asisten: PAC Villanueva de la Vera, Dotaciones de bomberos de Navalmoral de la Mata y Plasencia, Guardia Civil. pic.twitter.com/o8qwGW8nPk
— 112 Extremadura (@JuntaEx112) June 27, 2020
Horas más tarde, el diario extremeño Hoy esclareció que el fallecido se trataba de un ciudadano de Leganés que se había desplazado durante el fin de semana con su pareja sentimental. Según los testimonios reunidos, el joven patinó hacia atrás al pisar una porción de musgo durante su visita a la Cascada del Diablo, precipitando un cúmulo de circunstancias imposibles de remediar. Tras golpearse la cabeza con una roca, su cuerpo cayó a una poza desde gran altura, de donde finalmente fue recogido su cuerpo.
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El alcalde de Villanueva de La Vera, Antonio Caperote, acudió al escenario de los hechos para lamentar lo sucedido y explicó que la zona donde se produjo la caída no está preparada para el baño. En la Comunidad de Madrid, todas las piscinas municipales y áreas de baño naturales permanecen cerradas para bañistas como mínimo hasta el 1 de julio, estando aptas solamente para realizar actividades determinadas con cita previa. Mientras tanto, los vecinos madrileños han empezado a ingeniárselas para disfrutar de las primeras escapadas veraniegas con el fin del estado de alarma nacional.