Los padres y madres demandan mayor compromiso para servir de apoyo a los ayuntamientos de la región. Piden poner a disposición de los centros todos los espacios públicos disponibles y adecuarlos para permitir desdobles de clases.
La Federación de Asociaciones de Padres del Alumnado ha puesto la mirada en el mes de septiembre para mostrar su preocupación por el retraso en las actuaciones que ha llevado a cabo la Consejería de Educación para emprender un curso escolar 2020/2021 seguro frente a la COVID-19. Sus responsables llaman a acelerar la planificación tras el escrito enviado sobre el análisis de las instalaciones de los centros educativos a finales de julio y temen que esta orden, con fecha límite a 15 de septiembre, conlleve actuaciones tardías para velar por la salud de alumnos y profesores en la reanudación de las clases presenciales.
Esta carta procedente de la Dirección General de Educación Infantil y Primaria consideran que debía haberse emitido semanas atrás para abordar una debida planificación. La Consejería llega «tarde», según lamentan en un comunicado, y se muestran sorprendidos porque a día de hoy no se hayan previsto soluciones para posibles problemas antes de que surjan.
En este sentido, firman tajantemente que la Comunidad de Madrid no se compromete «a nada» en la misiva, más allá de «permitir la interlocución de los centros educativos con los ayuntamientos». Recuerdan incluso que el sistema educativo madrileño es responsabilidad del Gobierno autonómico e instan por ello a dotar a las administraciones locales de «la financiación suficiente que haga viable la utilización de los espacios municipales necesarios junto a todos los recursos materiales y humanos para su correcto funcionamiento».
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Para la FAPA resulta imprescindible preparar cuanto antes todos los espacios públicos que puedan adecuarse a un aula. De esta manera, consideran que se otorgarían facilidades para «permitir desdobles de grupos y que, con ello, puedan bajarse los ratios por grupo para favorecer que se evite que los centros educativos se puedan convertir en nuevos focos de la expansión de la COVID-19 cuando se recupere la enseñanza presencial«. Además, añaden que este retorno a las clases debe darse de entrada con el nuevo curso, aunque para ello deben garantizarse «todas las medidas higiénico-sanitarias».
Su apuesta por la presencialidad pasa por agilizar los trabajos para presentar un reinicio escolar bajo unas normas claras, seguras y sin dar lugar a la improvisación. Es por ello que los padres instan a la Consejería de Educación a dejar a un lado un «lenguaje ambiguo» que afirman que puede originar malas interpretaciones, una mayor celeridad en sus comunicaciones y focalizar sus esfuerzos por unas clases presenciales que se antojan como único «garante de igualdad de oportunidades en el alumnado».