El barrio de Vereda de los Estudiantes mantiene la lucha que paralizó la pandemia contra el aislamiento que la M-406 produce en el barrio, la falta de espacios para la ciudadanía y el Centro Cívico que prometió el equipo de gobierno
Santiago Portillo, miembro de la junta directiva de la AAVV Miguel Hernández, recordaba para LEGANÉS ACTIVO, que “antes de la pandemia los espacios exteriores del CM Azorín estaban abiertos las 24 horas del día los 365 días del año, ahora están habilitados exclusivamente para las actividades que hagan las asociaciones dentro del hotel, los vecinos ya no pueden acceder libremente al centro”.
Desde el Ayuntamiento se les han indicado que este cierre viene motivado por la pandemia, sin embargo, desde la AAVV piensan que pueda tratarse de una estrategia para cerrar el centro, ahora ‘Hotel de Asociaciones’, un cambio que realizó el ayuntamiento sin consultar a los vecinos, para “no tener que hacerse cargo de la zona exterior”.
Además denuncian, que a primeros de mes, se anunció a bombo y platillo en todos los medios el concurso para la redacción de los proyectos de los CC de Arroyo Culebro, CC Vereda de los Estudiantes y rehabilitación del CC Santiago Amón, sin embargo, el pliego tuvo que ser retirado a los once días, por errores en los criterios de adjudicación, algo de lo que “no se han hecho eco los medios” por lo que piden que el ayuntamiento se haga responsable de sus errores.
Sobre esto existe además cierta incertidumbre pues la parcela para este centro cívico es precisamente la que ocupa el CM Azorín, con lo cual presumiblemente habría de derribar uno antes de construir el otro, estimando un plazo de al menos dos años en el que perderían el uso de este espacio.
“Se pone en riesgo lo poquito que tenemos, se supone que van a hacer un Centro Cívico nuevo, pero el coste es que tirarán el Azorín, y mientras tanto ¿dónde vamos a estar las asociaciones? ¿qué pasaría si hay algún problema como con la primera piedra del CC Arroyo Culebro o el ‘esqueleto’ de Leganés Norte? nos jugamos el quedarnos sin nada”
— Santiago Portillo, AVV Miguel Hernández
La ‘Isla Vereda’
Una de las principales reclamaciones del barrio es su convivencia con la M-406 y el gran riesgo que supone. La vía rodea el barrio y en el único paso de peatones con semáforo “los coches vienen a toda pastilla, y claro a veces se saltan el semáforo”. Por ello piden medidas como soterrar la M-406 o desviarla, o que al menos la seguridad del cruce mejore: “nadie entiende que esta vía divida Leganés, no somos técnicos, sólo queremos que esa vía no pase por aquí. Nuestros interlocutores son el área de movilidad del ayuntamiento y ellos tendrán que hablar con la administración oportuna en cada caso».
Las necesidades del barrio crecen con sus habitantes
También se ha puesto de manifiesto que, a pesar de ser un barrio joven, la población va envejeciendo y no se ha previsto la dotación de un centro de mayores. Ahora los mayores tienen que acercarse a un local, un centro que según ellos “es un corral, y no está en condiciones, hasta hay cucarachas”.
Además, ponen en relieve que apenas hay zonas de esparcimiento al aire libre. Por cómo se urbanizó la vida se hace en las propias urbanizaciones cerradas, pero los niños van creciendo y necesitan expandirse, y las zonas de esparcimiento no dan abasto: “las pistas de la entrada están hasta arriba, este espacio no nos sobra, no nos ponemos pesados por nada, entendemos que es un espacio que tienen que devolver a la gente”.
Y es que en el ensanche de Vereda no hay ni una sola plaza, sólo tienen el espacio de ‘El lago’ pero no se hace mantenimiento, y es un foco de suciedad y de mosquitos, “las zonas de esparcimiento son ridículas para 8.000 vecinos”. Según los planos, sólo se ha acondicionado el 38% de la parte nueva por lo que en el PP-8, quedarían 16.000m2 por acondicionar, al los que habría que sumar 50.000m2 del barrio antiguo en la llamada ‘parcela de oro’: “hay espacios de sobra para el barrio, otra cosa es que el ayuntamiento no los acondicione, diciendo que tienen 48 millones de euros en caja”.