A punto de recibir su nacionalidad, Mery reclama un albergue donde pasar las noches mientras pide ayudas económicas tras quedarse en paro.
Son las 12, y Mery, como cada dĆa de este mes de agosto, acude al bar ‘Los sintecho’ para recoger su menĆŗ para todo el dĆa. Tiene 73 aƱos y vive en la calle desde hace seis meses: Ā«Me vi sola y sin ayudasĀ». Ā«Si sale algo, yo trabajo, pero a mi edad es difĆcilĀ», reclama mientras espera en la cola con varios amigos en la misma situación.
Llegó a España procedente de Cuba en 2002 y desde entonces no le faltó el trabajo. «En Cuba era enfermera y aquà siempre he estado de interna cuidando a personas«, sin embargo, en febrero falleció la persona a la que cuidaba y se quedó sin trabajo. Con 73 años, Mery se vio sin ingresos y, obligada a salir de la habitación que alquilaba tras agotarse sus ahorros, acudió a dormir a un parque.
«Solo pido un sitio donde dormir, donde pasar la noche porque el cuerpo ya se estÔ deteriorando, no es fÔcil. El que estÔ acostumbrado lo pasa, pero el que no, no lo pasa».
— Mery, 73 aƱos, sintecho en LeganĆ©s
«Tuve suerte. Al poco de estar durmiendo en la calle una señora compatriota me acogió en su casa. Me ayuda en lo que puede pero tiene un piso estrecho y estÔ enferma», confiesa Mery quien asegura «no tener queja» de esta buena samaritana, pero ahora ella esta enferma y no puede ayudarla. «A la noche me echo al suelo con unas mantas, para dormir en su piso pero ya no puede tenerme mucho mÔs».
Ā«No me voy para mi paĆs porque tengo mi permiso de residencia, estoy integrada en la sociedad y a la espera de recibir mi nacionalidad. Me siento bien y no he tenido problemas en EspaƱa nunca. Solo pido una ayuda que me solucione el problema que tengo: una cama y una duchaĀ»
— Mary, cubana de 73 aƱos sintecho
Desde febrero, Mery estÔ en contacto con los Servicios Sociales que le han dado una ayuda para comer de 60⬠durante tres meses mientras lucha por RMI, pensión contributiva o pisos tutelados, los cuales solo estÔn enfocados a personas con bajos ingresos y ella no tiene ninguno: «¿qué independencia económica voy a tener si me queda un año para la pensión no contributiva? A todo me estÔn diciendo que no, que no tengo derecho».
No es el Ćŗnico caso
«Como yo hay muchos casos iguales», asegura Mery quien confiesa que «sé que no soy la que peor estÔ, hay gente peor, pero todos necesitamos ayuda». Una afirmación que comparte Vicente, de la Asociación de Indigentes de Leganés: «hay mÔs casos que, afortunadamente, les han dado ya una habitación, pero hay otros que no».
AsĆ estarĆa AndrĆ©s, pensionista de LeganĆ©s, que compró una furgoneta para dormir Ā«pensando que iba a ser la solución y ha sido su ruinaĀ». O Isabel quien dormĆa en un cajero pero, finalmente, le han dado una habitación para dormir desde Servicio Sociales.
Ā«Solo pido a los partidos que ayuden y tengan un poco de corazón. Hay mucha gente necesitada en la calle y no se les presta atención. Por eso hay gente borracha y robando en la calle, porque se ven superados. Y cuando a ti te supera todo, haces cualquier cosa por sobrevivir. A mi no me pasa porque voy a mi psicoterapia, pero llega un momento en el que tĆŗ no puedes mĆ”s, que la vida se te cierra y no ves un escape en ningĆŗn lugar, una salida u orientación. Todo es ‘no’. Yo solo pido un lugar donde estarĀ».
— Mery, de 73 aƱos, cubana de LeganĆ©s sin techo
Sobre el caso de Mery, Vicente lo tiene claro: Ā«es un caso que podrĆa ser ayudado a travĆ©s del programa Housing First, pero estĆ”n dando pisos de varias habitaciones a una sola persona reduciendo los recursos. PodrĆan meter a 3 personas y que hicieran piƱa entre ellosĀ». Sin embargo, a Mery no se le ha ofrecido pero confiesa que se conforma con un albergue: Ā«si hay problemas en el albergue, que el alcalde convoque a la gente, seguro que muchos se ofrecen a ayudar con tal de que no haya gente durmiendo en la calle. Ahora vienen tiempos de frĆo, Āæy quĆ© va a hacer toda esa gente?Ā».