La residencia de Leganés Parque de los Frailes vuelve a ser tristemente noticia. Después de un cambio de empresa, los problemas continúan. Hace semanas saltó a la palestra por un brote de gastroenteritis que afectó a más de una veintena de residentes, el centro de mayores sigue siendo noticia por problemas graves en servicio de agua y falta de personal. Problemas que han sido incluso detectados por la Comunidad de Madrid en diversas inspecciones.
A día de hoy, los familiares de los residentes denuncian una gran cantidad de problemas que el Defensor del Paciente ha puesto en conocimiento de la Fiscalía. El último, los problemas de abastecimiento de agua: «no hay cortes en el servicio pero sí que es un agua turbia que no permiten usar para beber ni para bañar o duchar a los residentes«, nos explican familiares.
El principal problema de esta situación ha sido la higiene, y es que tampoco han estado autorizados a utilizar el agua para duchar a los residentes por lo que utilizan garrafas de agua que suben a las plantas de las habitaciones. Garrafas que intentan utilizar para el máximo número de personas posibles: «Les echan el agua para enjabonarles pero luego no les aclaran», explica Carmen, «mi madre se ha negado a que le duchen así aunque le coja una infección».
Grave falta de personal
Tal y como se ha denunciado desde que en 2018 se pusiera el foco en las residencias de mayores, la falta de personal sigue siendo otro de los graves problemas de estos centros. En Parque de los Frailes se critica, no solo la falta de gerocultoras sino también de médicos e incluso de conserjes, lo que ha llevado a un grave episodio.
Esta escasez de personal hace que las gerocultoras vayan a marchas forzadas sin apenas tiempo para poder atender a los mayores más allá del aseo y la comida. «Hay muchos que no les cambian tan a menudo como necesitarían por la falta de personal y ya no digamos las necesidades sociales. Muchos solo quieren ser escuchados y el personal no puede detenerse», añade Carmen.
Y es que hay un enfermero para los 275 residentes entre semana y no hay en fin de semana; mientras que médicos solo hay uno de guardia y dos entre semana. «Este fin de semana solo había 4 trabajadores para 80 residentes en una sola planta: tienen que levantarles, asearles, ayudarles a moverse, darles de comer, de cenar y atenderles», añade María quien pone en valor el trabajo de la escasa plantilla y denuncia estar totalmente indignada con la situación.
Esta falta de plantilla se repite en el personal médico. Incluso después de haber sido la gran reivindicación durante la pandemia, la residencia sigue sin reforzarlo y durante este puente varias familias han puesto reclamaciones porque no había médicos ni enfermera en todo el fin de semana. Si alguien se da de baja o se van de vacaciones no sustituyen, lo que hace que el personal médico esté totalmente agotado.
Sin comida suficiente ni ventilación
La falta de personal también afecta a la cocina. Las familias han notado una mejora en el menú «porque tienen elección en algunos platos» sin embargo la calidad de la comida no ha mejorado puesto que «no se parece el menú planificado al que le dan»: «mi madre se queja de que parece que lo hacen demasiado rápido, dejando las patatas crudas o los filetes a medio hacer». Una situación que fue señalada por una inspección de la Comunidad de Madrid: «dijeron que la fruta estaba un poco dura, si ellos dicen que está ‘un poco dura’, cómo sería…»
Pero si ha habido alguna situación que ha sido foco de queja en los últimos días ha sido la situación de las instalaciones. «Están penosas por dentro y por fuera», coinciden los familiares. Mientras que denuncian que el patio exterior está intransitable para las personas con problemas de movilidad o sillas de ruedas, en el interior de las habitaciones han denunciado cabeceros de las camas astillados, las puertas de los armarios caídas, las de las habitaciones no cierran, enchufes caídos, ascensores rotos a diario con gente atrapada, almohadas y colchones sin reponer… «es un completo desastre de no haber mantenimiento».
Entre estas deficiencias también se encuentran las persianas, que muchas no funcionan, teniendo problemas para que los residentes tengan las habitaciones frescas en plena ola de calor puesto que no hay tampoco aire acondicionado. «El calor que hace en la residencia es horroroso, en la planta primera hay una parte de los dormitorios funciona el aire acondicionado en los pasillos pero no entra en las habitaciones», coinciden.
Toda una serie de irregularidades de las que el Defensor del Paciente es conocedor por lo que ha solicitado que la Fiscalía actúe remitiendo un escrito al Fiscal jefe de Leganés para que investigue si existe la posibilidad de delito contra la salud en el «abandono y maltrato» que sufren. Una medida que los familiares han acogido con los brazos abiertos aunque subrayan que buscan soluciones y no promesas.
Penoso,vergonzoso,espere que se solucione pronto.