Los fenómenos meteorológicos extremos vinculados al cambio climático se suceden estación a estación y año a año, en todo el planeta y, por supuesto, en Leganés. Y todo apunta a que este escenario va a representar la nueva “normalidad”. Llevamos apenas un mes de verano y ya hemos sufrido dos olas de calor en nuestro país. Estos fenómenos son cada vez más frecuentes, intensos, extensos y duraderos.
Desde Podemos Leganés se han registrado varias propuestas para aumentar y cuidar de forma notable las zonas verdes y el arbolado, en la línea para que Leganés cuente con más espacios verdes frente a más hormigón en una ciudad saturada de cemento; para que cuente con “Refugios climáticos”, naturales o artificiales, a los que se pueda recurrir en caso de necesidad.
Se estima que los árboles pueden bajar hasta 12º C la temperatura en las ciudades, de ahí la necesidad de incorporar vegetación donde sólo hay asfalto. El urbanismo y la movilidad tienen que incorporar el cambio climático en sus planes.
Las temperaturas extremas también pueden tener un importante impacto en la salud laboral. «Lo hemos visto en las últimas semanas con la muerte de trabajadores que prestando un servicio del que es titular un ayuntamiento, lo hacían por cuenta de una empresa privada. Como todo lo que tenga que ver con la prevención, este es un tema que encuentra resistencias por parte de las empresas y de las administraciones (un accidente que no se produce porque se ha prevenido, no se contabiliza), por lo que muy pocas líneas de actuación pública están dirigidas a la protección de la población trabajadora ante estos episodios y, a menudo, las medidas que existen no se cumplen», reiteran desde Podemos Leganés.
El estrés térmico en el trabajo tiene otros muchos efectos sobre la salud, sobre los que se habla y se investiga poco. Soportar altas temperaturas en el trabajo de forma continuada, o sufrir varios días seguidos temperaturas extremas por la ola de calor, puede traer consecuencias graves que no siempre ocurren instantáneamente, y suelen pasar desapercibidas: aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y respiratorias, impactan en la fertilidad, en la salud reproductiva, en la asimilación de fármacos, etc.
El calor ambiental supone un grave peligro para la salud, y este riesgo se multiplica para las y los trabajadores así como para las personas más vulnerables y para los animales. En la medida que el calor también entiende de clases sociales, se hace imprescindible adecuar y adaptar la ciudad de Leganés, sus barrios, sus casas y los trabajos a altas temperaturas, para preservar la salud y la vida de la ciudadanía en general, y de la más vulnerable y precaria en particular.
El Ayuntamiento de Leganés, según la formación morada, debe impulsar un plan de inversiones para reforzar y multiplicar las zonas y espacios de sombra en parques y espacios públicos, en los barrios, y de establecer un protocolo para hacer frente a las olas de calor, que incluya programas sociales específicos, seguimiento y monitoreo de las personas mayores, personas dependientes, y personas sin hogar, y también de realizar campañas de prevención destinadas a minimizar el impacto de las altas temperaturas entre la población.