El barrio de Leganés, Vereda de los Estudiantes, tendrá un nuevo centro cívico. Un edificio que ha estado rodeado de polémica desde que se diseñara la legislatura pasada, bajo el Gobierno de PSOE y Ciudadanos. Primero fue el lugar elegido para su construcción, y ahora su diseño lo que está generando las críticas de los vecinos.
El anterior equipo de Gobierno pretendía el derribo del Centro Cultural Azorín, antiguo colegio, para construir el nuevo edificio. Ahora, con el visto bueno de la Comunidad de Madrid, el proyecto ha sido trasladado a otra parcela vacía. Sin embargo, viendo el detalle del proyecto de construcción carecerá de un servicio que los vecinos del barrio de Leganés consideran esencial: biblioteca.
«No estamos hablando de un capricho o de una idea romántica cuando hablamos de la necesidad de disponer de estos espacios. Una biblioteca no sólo es un lugar donde se depositan y se prestan libros, es mucho más. Es un espacio inclusivo, donde el acceso a libros y demás recursos es libre y está desligado de la posición socioeconómica que ocupe cada persona. Es una pieza esencial para la construcción de una sociedad crítica, informada y participativa. Es el lugar donde nace el hábito y la ilusión por la lectura en la infancia y la juventud», han sentenciado desde la AVV Miguel Hernández.
«Se realizarán todos los esfuerzos»
Hasta ahora, el equipo de Gobierno había hablado de la situación en reuniones de trabajo con la propia asociación vecinal. Conversaciones que no han convencido a los vecinos. «Las razones que exponen en la concejalía de Cultura y Obras es que no disponen de recursos humanos ni de dotación de libros y material. Nos preguntamos: ¿es cuestión de tiempo y dinero, o de voluntad política?», se preguntan desde la AVV Miguel Hernández.
Ahora, el concejal de Obras, Carlos Delgado (ULEG), lo ha hecho de forma pública, asegurando que se trabajará por crear una biblioteca. A preguntas de Más Madrid, respondía en el Pleno recordando que es un proyecto del anterior gobierno pero que «cuando llegue el momento de la ejecución, se prevé la instalación de una sala de estudio, y se realizarán todos los esfuerzos encaminados a la puesta en marcha de una biblioteca«.
Se trata de una declaración de intenciones que podría volverse en su contra. Y es que, el no tener planificada una sala dedicada a ello podría impedir que se desarrolle con normalidad el proyecto. Que la construcción no esté preparada para el gran peso de una biblioteca en las plantas superiores -algo que ha ocurrido en otros centros- o carecer de salas en la planta baja que puedan albergarla, podría ser uno de los problemas.
Lo que se conoce es que, hasta que, por ahora, la AVV Miguel Hernández continuará llevando a cabo su proyecto de la Biblioteca Vecinal BIVE, gestionada por la entidad y disfrutada por decenas de vecinos de todas las edades.