Los vecinos del barrio de las Batallas de Leganés están hartos. En la madrugada de este fin de semana veían desde sus ventanas como cinco jóvenes comenzaban una brutal pelea a las puertas del local que colinda con sus casas. Y no es la primera vez. «Hay peleas fin de semana sí y fin de semana también… ruidos ya ni te cuento», denuncian un vecino.
En el último año, los vecinos de la calle Batalla de Brunete están experimentando un auténtico calvario. «Todos los viernes, sábados, domingos y festivos hay música, gente cantando, peleas en vía pública, personas vomitando…», denuncia una vecina. La situación se ha vuelto crítica. Y es que es habitual que cada fin de semana haya problemas a las puertas del edificio.
«Abren de viernes a domingo a las 5:30 de la mañana. Suben cuando cierran en La Cubierta y vienen directos», relata un vecino del edificio. Desde el pasado mes de noviembre, los vecinos están compartiendo las imágenes que ven desde sus ventanas. Peleas a plena luz del día y gritos que se repiten cada día. «Tenemos miedo de salir a las 11 de la mañana porque no sabemos qué nos vamos a encontrar», explica una vecina afectada.
Peleas constantes durante las mañanas
Este domingo hemos vuelto a ver una situación similar. Una pelea en plena calle y a la luz del día a las puertas del local. Dos personas salen del local peleándose mientras un grupo de cerca de diez personas intenta separarles. «Para, para», se escucha gritar a alguien. Finalmente, logran frenar la situación y disiparse.
Cabe destacar que este local se encuentra al lado de una escuela infantil. Esto hace que las mañanas de los lunes sean de tensión para los vecinos de la zona. No obstante, no ha ocurrido nunca ningún incidente relacionado.
El local fue precintado en abril
Esta no es la primera vez que se reciben quejas de este bar. El pasado mes de abril la Policía Local de Leganés procedió a precintarlo. Primeramente, los agentes comprobaban que el aforo era excesivo para las dimensiones que tenía el local. Además, «encontramos una instalación eléctrica precaria» que podría poner en peligro a quienes estaban en su interior, y un acceso obstruido que, en caso de emergencia, podría ser un gran peligro al evitar la correcta evacuación de los allí presentes. Todo ello, en unas «condiciones insalubres». Pero la falta más grave es que no tenía licencia de apertura.
Tras verse cerrados, los dueños subsanaron los problemas por los que fueron denunciados. Esto les permitió volver a abrir. Sin embargo, desde entonces los problemas de ruidos y peleas continúan. «Hemos escrito al Ayuntamiento y presentado escritos en registro para Industria pero cero respuestas», denuncian.