El Gobierno de Leganés (PP y ULEG) no tienen la confianza de Pleno. Después de haberse estancado las negociaciones, la oposición ha rechazado la cuestión de confianza presentada por el alcalde. La primera en la historia de la democracia de Leganés. Pero, ¿qué es? ¿qué supone? Te damos las claves de esta cuestión de confianza.
¿Qué es una cuestión de confianza?
Una cuestión de confianza es un instrumento político muy poco utilizado, ya que se trata de un órdago del Gobierno en toda regla. El alcalde se pone en manos del Pleno para solicitar que renueven su confianza en él. Pueden pasar dos cosas:
- Si se aprueba, el Gobierno sale más reforzado.
- Si no, pasa a estar en funciones durante un mes en el que la oposición puede presentar una moción de censura.
La puede presentar el Gobierno local y tiene que estar vinculada a uno de los siguientes asuntos:
- Los presupuestos anuales.
- El reglamento orgánico.
- Las ordenanzas fiscales.
- La aprobación que ponga fin a la tramitación de los instrumentos de planeamiento general de ámbito municipal.
¿Qué diferencia hay entre una cuestión de confianza y una moción de censura?
Aunque en Derecho se estudian como instrumentos similares, realmente son lo opuesto.
- La moción de censura la presenta la oposición para desbancar al Gobierno y presentar un candidato alternativo. Para presentarla se necesitan las firmas de la mayoría simple del Pleno. En el caso de Leganés, 14.
- La cuestión de confianza la presenta el Gobierno vinculado a un asunto que busca aprobar.
¿Por qué se ha presentado una cuestión de confianza en Leganés?
Desde el pasado mes de diciembre, el Gobierno de Leganés (PP y ULEG) y la oposición han negociado la aprobación del presupuesto. Los grupos de la izquierda fueron tajantes desde el principio negándose a hacerlo. Vox fue el último grupo en declarar su voto en contra. «Era un presupuesto cerrado. No aceptaban modificaciones», coinciden todos.
Ante el reiterado rechazo, el alcalde vio en la cuestión de confianza «la única salida». «Así desbloqueamos el Gobierno y a la oposición, que han entrado en bucle», aseguraba el alcalde. ¿Por qué? Porque si salía aprobada, los presupuestos se aprueban automáticamente. Si no, la oposición tendrá un mes para presentar una moción de censura y, tras ese periodo, si no hay moción de censura, los presupuestos se aprueban automáticamente.
¿Por qué la oposición la ha rechazado?
La cuestión de confianza se presentó el pasado 24 de marzo y fue rechazada en bloque por toda la oposición. Todos los grupos coincidieron en que no pueden confiar en el gobierno cuando no ejecuta las mociones que son aprobadas por el Pleno, mientras que Vox reitera que tampoco confía después de que no llevaran a cabo el pacto que firmaron al inicio.
¿Qué pasará ahora en Leganés?
El Gobierno de Leganés ha perdido la cuestión de confianza, esto ha hecho que la pelota esté ahora en el tejado de la oposición. Se ha abierto un plazo de un mes para que se presente una moción de censura para desbancar al Gobierno local.
Si en el plazo de un mes no se ha presentado, o la que se presenta no prospera, el asunto al que esté vinculada la cuestión de confianza -en este caso los presupuestos- queda automáticamente aprobado.
¿Va a dimitir el alcalde de Leganés?
Perder la confianza del Pleno es, en algunos casos, motivo de dimisión. Sin embargo, el alcalde de Leganés, Miguel Ángel Recuenco (PP) ha asegurado que este no es su caso. «Esto lo que me da es una mayor fuerza para seguir adelante», ha sentenciado a preguntas de los periodistas, «a mi la confianza me la dieron los ciudadanos y siento que es a ellos a quien me debo».
¿Ha habido casos históricos relevantes de cuestiones de confianza?
Miguel Ángel Recuenco es el primer alcalde de Leganés en presentar una cuestión de confianza. Sin embargo, este es un instrumento que hemos visto en otros ayuntamientos. El pasado verano el alcalde de Sevilla se sometía a una cuestión de confianza que perdía, lo mismo que ocurría al alcalde de Palencia en 2022 o el alcalde de La Coruña en 2017. Y es que, es un instrumento poco utilizado por la facilidad con la que es rechazado.