La cantante María Nieves Rebolledo Vila (1978), conocida como Bebe, llegó el 19 de julio al teatro Egaleo de Leganés, como parte de los espectáculos del ciclo de las Lunas del Egaleo.
Las luces se apagan y suena “La niña de fuego”, una canción de Manolo Caracol, popularizada por la película «Embrujo» con Lola Flores, como preludio al concierto que está por venir. Empiezan retrasándose un poco, y aún hay mucho hueco vacío, pero Bebe irrumpe con fuerza en el escenario, con un vestido morado asimétrico corto, americana sobre los hombros y deportivas con cuña; arreglada, pero informal: “Muchísimas gracias por estar y ser los poquitos que nos hemos quedado aquí bien acompañados, sed bienvenidos” agradece a un público que se muestra expectante, tras arrancar con el primer tema “abre tus ojos hacia el horizonte, hay mucho más que toda la mierda que he tragado”. No tarda en quitarse la americana y poner al público a cantar con “Me enseñará” del que fuera su primer álbum “Pafuera telarañas” en el 2004 y que le llevaría a la fama.
A la tercera no lo duda, y coge la guitarra, volviendo a esa idea de la Bebe de los primeros discos, también con uno de sus primeros temas: “Siempre me quedará”. El público se emociona con las canciones más viejas, donde más se ve la esencia de su música. Va así oscilando en sus temas entre una canción más de autor, sin dejar de lado a la banda que tiene el gran protagonismo de la parte musical, y una canción más comercial, más melódica y repetitiva en las letras pero que precisamente atrapa por ello. Es por ello que no pueden faltar temas como “Corazón”, compuesta por Bull Nene en el 2018 y que se ha convertido en un gran éxito comercial o “Diferentemente iguales” (2018). El público, cada vez más implicado, no duda en dejar sus butacas y levantarse a bailar al frente del escenario.
Bebe, quien debió su fama a canciones como “Malo” (que se echa en falta en este concierto) o “Ella” – “Hoy vas a descubrir que el mundo es solo para ti, que nadie puede hacerte daño, nadie puede hacerte daño” que no ha podido faltar-, deja en el Egaleo momentos para recordar. Polémicas pasadas al margen, se marca una improvisada dedicatoria a todas las mujeres, sean como sean: “todas, cabrones, todas; que nadie subestime a estas bichas”, con su canción “mi bicha” (2009).
Sorprende, continuamente con los cambios de estilo. El contraste más drástico se da en cuanto echa mano de temas de su disco “Un pokito de rocanrol” (2012) en los que la banda se luce con solos de guitarra más marcados, dejando de lado la acústica y sustituyéndola por la eléctrica en temas como “Qué carajo” o “yo fumo”, más provocativos y cantados con cierta agresividad, que dan un salto abismal entre otros más melódicos del mismo disco como “k.i.e.r.e.m.e” o “Mi guapo”, tan bien acogidos por el Egaleo como los primeros.
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No es tanto el registro vocal sino la expresividad y ese desparpajo que muestra Bebe con su voz un tanto rasgada, lo que hace que se gane al público, del que se muestra pendiente y agradecida en todo momento. Si en el concierto de Maldita Nerea tan solo hace una semana se celebró improvisadamente el cumpleaños de Jorge Ruiz, el momento más significativo de la noche es cuando sin pensárselo dos veces sube al escenario a una espectadora a la que habían colocado una banda de cumpleaños y pregunta cuántos van. “Treinta, mi padre siempre decía: entras en un momento muy bonito, entras en la joven madurez” y sonroja a la pepinera cantándole varias versiones del cumpleaños, sumando a la orquesta y acabando, entre ellas, con un “cumpleaños fatal”, que no puede faltar, “es la que siempre canta mi hija”.
Entre los momentos más divertidos, crea otros más intimistas en los que se despoja de todo artificio. Se sienta misteriosa en la silla de mimbre colocada al fondo del escenario e introduce una canción que “es como una parada en una sobremesa un día de invierno o verano da lo mismo, con amigos, con familia, un día relajado viendo cómo pasa la vida por el campo” entre los contrastes de luces moradas y amarillas “he vuelto a florecer en mis ojos de cristal, el viento se llevó todo. Y de nuevo vuelve a amanecer aquí tan lejos, tan cerca de todo lo que fue”. Canta su tema “tan lejos, tan cerca” recostada sobre la butaca y reclinándose aumentando la potencia a medida que avanza el tema de “Cambio de Piel” (2015). Son, ante todo, estas canciones que cuentan historias y evocan emociones, con las que los espectadores conectan.