«Hemos llegado adonde consideramos que podíamos llegar», ha asegurado tajante Ignacio Aguado, vicepresidente de la Comunidad de Madrid.
«Pediremos que las comunidades autónomas tengan autonomía». Esta es la postura que Ignacio Aguado, vicepresidente de la Comunidad de Madrid, ha anunciado que la región mantendrá en el Consejo Interterritorial, que se ha aplazado un día debido a la dimisión del Ministro de Sanidad Salvador Illa. Y es que el de Ciudadanos (C’s) aseguraba que el Gobierno regional renuncia a tomar medidas más allá de las restricciones por zonas básicas de salud y la campaña de tests de antígenos.
Para el vicepresidente, la región «ha agotado» todas las medidas que les permite el Estado de Alarma vigente en la actualidad pese a que otras regiones han ido más allá cerrando la hostelería o el comercio definitivamente. Una postura que también ha defendido Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la región en el último Pleno de la Comunidad de Madrid. «Dejen en paz ya a los comercios, a la hostelería, dejen ya de señalar a los mismos culpables, siempre la iniciativa privada. No vamos a poder hacer más cierres, no se puede arruinar a la gente«, zanjaba la presidenta ante una pregunta del PSOE regional. En su intervención, Ayuso insistía en la imposibilidad de decretar más cierres en el sector servicios.
Tras ello, instaba nuevamente al Gobierno de Pedro Sánchez a tomar medidas: «Y si el gobierno de España considera que está tan mal, que debería darle una pensada porque con 500 de incidencia cerró la Comunidad de Madrid, si lo ve tan mal que actúe, ¿a qué está esperando si está tan mal la cosa?«. Unas declaraciones que van en línea con el discurso que Ayuso emitió en la firma del convenio con el Colegio de Farmacéuticos y Odontólogos donde insistió en que el Gobierno se encuentra «ausente y de campaña electoral».
Actualmente, el Gobierno regional ha adelantado la hora del toque de queda a las 22.00h obligando a los comercios y hostelería a cerrar a las 21.00h, y ha limitado el número de personas que pueden reunirse en las mesas de la hostelería a un máximo de 4. Además ha reducido los aforos e instado a eliminar las reuniones entre más de un núcleo de convivencia.