El Orgullo LGTBI se ha celebrado este jueves en Leganés con la lectura del manifiesto por parte de Alicia Ramos. También contó con la actuación de La Batukada que entiende y el Coro de voces LGTBI.
Leganés ha celebrado el Orgullo LGTB con actividades organizadas por Legaynés a ritmo de batukada, guitarra y un coro de voces profesional. Con un escenario coronando la Plaza España, la tarde comenzaba con la batukada que entiende marchando por las principales calles del centro terminando en la propia plaza donde daban lectura al manifiesto.
Alicia Ramos, la famosa cantautora trans y símbolo LGTBI, ha sido la encargada de leer el manifiesto de este año en la fiesta del Orgullo LGTB. En él se ha calificado el 28 de junio de 1969 como una “fecha mágica” en la que se conmemoran los disturbios en el Stonewall inn. Este 28 de junio se cumplen 50 años de esta fecha, lo que ha hecho que todo el acto se celebre en torno a esta conmemoración. Y es que Stonewall inn era el único bar donde los miembros LGTBI podían bailar pegados, sin embargo tampoco podían estar tranquilos por las continuas redadas. Desde entonces el colectivo ha defendido la diversidad, algo que en Leganés se ha apoyado durante esta legislatura.
Es por ello que Alicia ha querido reivindicar esta fecha que considera como mágica, el 28 de junio, como la primera vez que se alzaron las voces en sociedad y ha recordado a Sylvia Rivera y Marsha P. Johnson, que con su oposición a las redadas, hicieron “frente al sinsentido que tipificaba como delito a las personas”. Ha remarcado el avance que se ha ido haciendo: en 1978, 7000 personas salieron a la calle “para que se nos excluyera de la ley de peligrosidad social que permitía nuestra reclusión por el hecho de ser y de sentir”, quedando la ley de escándalo público por la que siguieron las persecuciones hasta los noventa.
Con actuaciones de la Batukada que entiende y Voces LGTBI
Siguiendo en la línea de su activismo y con un discurso que recuerda a su irónica canción “Muérete tú si eso” ha reivindicado la situación de los más mayores, que arrastran los delitos aplicados por las leyes de vagos y maleantes y de peligrosidad social y “que actualmente se enfrentan con pensiones contributivas muy bajas o no contributivas, añadiendo a este hecho que al llegar a las residencias o centros de días muchas se ven obligadas a volver al armario”.
Contenidos relacionados
Tras ello, y de forma sorpresa, Damdara la invitaba a tocar su música, la cual ha querido dedicarla a todos ellos, y en especial a toda la gente que se busca la vida haciendo de la calle un sitio mejor por el que pasar. Con un rasgueo melódico se autorretrata a la par que a todo el colectivo al ritmo de los versos “no sigas las voces que escuchan al amo, no apagues tus cuerdas ni bajes las manos porque eso es exactamente lo que esperan que hagamos”, mostrando un gran mensaje de apoyo, de superación y de fuerza. Uno de los puntos clave de su discurso es que el camino a seguir es de una sola dirección: “hacia delante, y en el que no podemos dar ni un paso atrás”.
Tras ella, Damdara toma el relevo mostrándose nerviosa ante la sociedad por partida doble, al considerarse “el tipo de persona que se enamora de otras personas” y “ni hombre ni mujer, por lo que se triplican los nervios”. Entre una emotiva versión de “Mujer contra mujer”, nos arroja sus letras más reivindicativas, mostrándonos las dos caras de la moneda: “puedo ser testigo y culpable a la vez, puedo ser mendiga en un jardín de huesos, contener la vida en un solo gesto y apostar al pecho que señale los demás”. Pide, entre canciones, que se reivindique el “poder que tenemos, que es muy grande”, interactuando con su público al que le pide colaborar con la frase “somos la cara del mundo”. Rompe con las cadenas y se libera: “estamos a punto de gritar que no: no creo en políticas que están gobernadas por hombres que solo quieren poder, poder conmigo, poder contigo, poder poder”.
Para acabar, el coro de voces LGTB se presenta, de nuevo recordándonos la importancia de Marsha P. Johnson y de Sylvia Rivera, en una actuación con la que les rinden homenaje, centrándose en Marsha guiando a los espectadores por su vida. Lo hacen así con versiones como “Like a prayer”, en conmemoración del momento en el que con 16 años, Marsha dedide “casarse con Jesucristo puesto que es la única persona que nunca la juzga”. Arrancan acompañados de la batucada que entiende, con “This is me” de la banda sonora de “El gran Showman”, entre canciones que reivindican su identidad, como “Born this way” del gran icono que es Lady Gaga. Todas ellas, a varias líneas de voces, con gran coordinación entre las partes a modo de pregunta-respuesta, aumentando el ritmo al compás de las palmas.
Entre los mensajes de fuerza y liberación, ponen el toque de humor, con gran ritmo y moviéndose por el escenario, bailando y alternando canciones: entre una versión de “Love Spreads” de The stones roses, cantan: “ya están aquí, las bolleras ya están aquí. Marsha, Marsha, queremos Marsha para luchar, para reír. Pin Pon fuera, la policía la queremos fuera”, enganchando con un más que conocido y necesario “freedom” del estribillo de “Think” de Aretha Franklin.
Así, por tercer año consecutivo el coro de Voces LGTBI de Madrid suponía el colofon a una jornada luica y de reivindicación “más necesaria que nunca” para recordar que “la diversidad nos nutre cada día”.
