Las Asociaciones Vecinales apoyan modelos de proyecto a medio y largo plazo «para hacer un Leganés que ilusione» transformando las políticas actuales. «Pronto tendremos la ciudad ocupada por espacios abandonados», avisan en su comunicado.
Con motivo de la celebración del debate del Estado de la Ciudad esta semana en Leganés, la Federación Local de Asociaciones Vecinales (FLAV) ha hecho público su punto de vista. Las organizaciones reclaman un giro en las políticas de la administración pública pensando en los barrios del municipio como los «ejes» sobre los que se fundamenten proyectos a medio y largo plazo. De lo contrario, los vecinos temen que la ciudad termine «ocupada por espacios abandonados».
En el comunicado ofrecido este martes, la federación resalta la extraordinaria situación provocada por la crisis sanitaria y social que ha acaparado la mayor parte de las actuaciones en los últimos meses. En este sentido, destacan su compromiso con la población desarrollando acciones solidarias como la Red de Apoyo Mutuo o la batería de propuestas expuestas al Consistorio para atajar esta problemática con urgencia.
El primero de los puntos de su análisis va precisamente encaminado a «analizar lo que ha pasado y por qué en esta ciudad ha sido más grave que en el resto», atendiendo al gran número de casos confirmados que ha colocado a Leganés como el municipio de España más afectado por la pandemia. Este paso busca conseguir un «diagnóstico de las infraestructuras sanitarias, de los recursos materiales y humanos» para que nuevas emergencias tengan un impacto más controlado.
Modelos sostenibles
También abogan por promover modelos de viviendas sostenibles, debido al número de edificios que denuncian que no cumplen los estándares de accesibilidad o ahorro energético. La transformación de estas infraestructuras creen que también llevaría consigo la creación de nuevos empleos, y además proponen nuevas reformas en lo relativo a espacios e instalaciones públicas. Entre estas intenciones de crear «barrios con vida» se encuentran las propuestas de crear un centro cívico en cada barrio, zonas que faciliten la movilidad de peatones y ciclistas por delante del tráfico motorizado o programas de intervención comunitaria a través de proyectos de colaboración público-social.
Para favorecer la actividad local tienen en cuenta además la apuesta necesaria para impulsar el comercio de proximidad. En este aspecto, hacen hincapié especialmente en «el desarrollo de huertos productivos» que permitan «una economía y un consumo sostenible y circular».
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En cuanto a los apartados que más necesitan mejorar en el Ayuntamiento, las Asociaciones Vecinales manifiestan su deseo de controlar el mantenimiento de unos buenos servicios públicos, sociales, culturales y educativos. Resaltan la especial relevancia que tiene para el bienestar de la ciudadanía contar con buenos sistemas de recogida de residuos, de limpieza, de mantenimiento de las zonas verdes o del mobiliario urbano. En cuanto al modelo sociocultural, claman por llevar a cabo proyectos que «empoderen a las personas» y que aumenten la riqueza humana de Leganés, además de apoyar a los colectivos más desfavorecidos para que «no quede nadie atrás».
Un giro en la estrategia
Para que esta propuesta que realiza la FLAV llegue a buen puerto, insisten en que deben modificarse numerosos puntos de la apuesta política actual. Este modelo, «basado en el ladrillo» según contempla el escrito, llevaría a privatizar nuevos servicios públicos, llevando consigo una merma del personal público y una merma de las competencias municipales. Concesiones de gasolineras que no piensan en los vehículos del futuro o el impulso de grandes almacenes y grandes parques comerciales estarían entre los ejemplos que toman de mala praxis. «Así generamos muy poco empleo y pronto tendremos la ciudad ocupada por espacios abandonados», sentencian.