Ha transcurrido ya un año desde el inicio “oficial” de la pandemia en España con la publicación del Real Decreto del estado de alarma, un año negro en el que nos quedamos con los aplausos.
La semana del 9 de marzo de 2020 sucedió algo insólito, un virus que al parecer era imposible que nos golpease llamaba con fuerza a nuestras puertas. Así, de forma invisible la COVID-19 había irrumpido en España. En esta primera semana vivimos el cierre y posposición de actividades por parte de todos los agentes sociales, políticos y deportivos, cancelación de manifestaciones, aplazamiento de partidos, cierre de locales y lugares de esparcimiento, todo ante la sorpresa de los ciudadanos sobre un marco de corte surrealista: la pandemia estaba aquí.
Ante esta situación de desconcierto generalizado, el 14 de marzo de adoptó en España la iniciativa originada en enero en la ciudad china de Wuhan (origen de la pandemia): el aplauso para los sanitarios. Un gesto de aclamación, reconocimiento y gratitud hacia estos profesionales por su labor de lucha contra la COVID-19, un gesto que se prorrogó diariamente. Y es que, las ocho de la tarde se convirtió en nuestra cita diaria para animar a aquellos que más sufrían, aquellos que nunca se rendían.
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La sensación que vivimos los ciudadanos de Leganés ante estos aplausos fue indescriptible. Ante una situación de soledad, sabiéndonos aislados en nuestros habitáculos, salir a aplaudir a los balcones suponía romper ese aislamiento, hermanarse con el vecino de enfrente al que probablemente nunca habías saludado, y sentir un retumbar de las paredes y un grito sin palabras que conseguía desgarrar y emocionar al más fuerte. Aplaudiendo hasta que las palmas de las manos dolían. Homenaje que se quedaba corto, pero un gesto al fin y al cabo, al unísono, para agradecer a aquellos que sabíamos se estaban dejando la piel por salvar las vidas de nuestros familiares, amigos y vecinos.
Aunque el 17 de mayo fue el último día ‘oficial’, cuando se acordó dar un final digno a esta explosión de apoyo popular, los aplausos resistieron. Muchos ciudadanos continuaron rindiendo homenaje a los sanitarios, que aún a día de hoy continúan en primera línea de batalla contra el nuevo coronavirus que poco a poco vamos venciendo.
