La Policía Local de Leganés participa en el Proyecto Clara a nivel europeo con el objetivo de formar a los agentes para las intervenciones en delitos de odio, así como darles herramientas para su detección y seguimiento.
En un momento en el que las quejas por delitos de odio se han multiplicado mientras que las denuncias se mantienen, la Policía Local de Leganés participa en un proyecto a nivel europeo para aumentar la formación a sus agentes en este tipo de delitos: el Proyecto Clara. «A nivel externo mucha gente nos conoce como los represores, y hacemos muchas cosas más. Cuando nos abrimos y la gente nos conoce, lo ve», asegura Luis Miguel Bris, Inspector de Policía Local.
Como parte de este proyecto se enmarcan las Comunidades Locales de Aprendizaje (CLAP) en las que Policía Local, autoridades y entidades sociales se unen para trabajar en la prevención y denuncia de delitos de odio. Un trabajo que, tras la celebración de este proyecto, se mantendrá en el tiempo a través de una mesa de trabajo. Su objetivo: estudiar los delitos e incidentes de odio en el municipio dándoles seguimiento y formando a los agentes para intervenir en ellos.
Entre las ideas iniciales estaba la de sensibilizar a la población con talleres en las aulas o jornadas como ‘la Semana del Odio’, proyectos que se han tenido que posponer debido a la escasez de plantilla en la Policía Local. «Cuando podamos, crearemos una Unidad de Diversidad tan potente como tiene la de Madrid», asegura el Inspector quien apuesta en estos momentos por la formación de toda la plantilla y estrechar lazos con las asociaciones para que «la unidad trabaje en toda la ciudad con buenas herramientas».
“Si no se actúa, muchas veces es por desconocimiento de la propia Policía”, asegura un Policía Local que defiende la necesidad de formar a los agentes. “La sensibilización más importante es dentro de la Policía, de nada nos sirve sensibilizar a la gente con la que trabajamos si cuando acudes a un Policía te dice que no es un delito de odio”, añade la portavoz del Grupo AMÁS, quien destaca en ello la importancia de este tipo de proyectos.
Qué es un delito de odio
Además de las CLAP, el proyecto exige formación por parte de expertos. Mensajeros de la Paz, CEAR o trabajadores sociales de centros de MENAS han sido algunos. A una de las últimas jornadas de este proyecto ha acudido Esteban Ibarra (Movimiento contra la Intolerancia) quien destaca la importancia de la actuación de la Policía para identificar estos delitos: “Muchas veces las víctimas de agresión no saben por qué han sido agredidas por lo que las diligencias de Policía son esenciales. Tienen que preguntar por el contexto y la narrativa de los hechos y buscar indicios posibles de delitos de odio”.
Este puede ser el caso de agresiones homófobas sobre las que habló Luis Santidrián (Legaynés) que agradeció la oportunidad de acercar las charlas que se dan en los institutos al cuerpo de Policía, una charla en la que fomenta la comprensión: «si tu amigo te dice que es gay, sigue siendo el mismo solo ha cambiado una cosa: ha demostrado que es capaz de confiarte un secreto tan íntimo». «Animamos en nuestras charlas en institutos a los jóvenes que han sufrido agresiones verbales o físicas a ir a la Policía», asegura y apunta que «ha habido casos y siempre se han denunciado».
Ibarra pone mucho énfasis en la necesidad de identificar y educar a la población y atajar este tipo de delitos o incidentes porque “en Europa tenemos muy claro que el delito de odio precede a la acción”, aunque pone de manifiesto que “no es lo mismo un mensaje odioso que un discurso de odio que debería ser tipificado administrativamente o un discurso que ya es delito”.
“Los crímenes de odio van dirigidos a personas no a los colectivos vulnerables o históricamente excluidos. Son derechos humanos, declarados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y se tienen que reconocer a cada persona”.
– Estaban Ibarra.
Sobre los prejuicios habló Amara Montoya (Romí Serseni) cuya asociación lleva cinco años trabajando con las mujeres gitanas en Leganés. «En Usera hemos acercado a la Policía a la asociación para que la comunidad gitana no les vea como los ‘payos malos’ y es lo que queremos hacer en Leganés». Así, destaca que aunque no haya muchos incidentes de racismo, la comunidad está apartada del resto de la población por los prejuicios mutuos que anima a trabajar.
Un registro de incidentes
Actualmente la Policía Local tiene un registro de incidentes de odio, que la mayor parte de ellos se componen por pintadas o pegatinas que se borran, por lo que se quiere abrir la puerta a que en este registro entren también los discursos e incidentes de odio. “La idea es que empecemos a empaparnos de todos estos incidentes porque hasta la fecha no nos llega nada” y realizar un seguimiento de los casos a través de una futura Unidad de Diversidad.
Como muestra para estrechar lazos entre entidades y Policía, se realizará una comunicación estrecha sobre los incidentes de los que son conocedores para trabajar juntos y “detectar puntos negros de la policía o personas reincidentes”, entre otros parámetros. Se hará a través de una aplicación que se está desarrollando a nivel nacional que Leganés testeará durante tres meses.
Actualmente los delitos de odio están a la orden del día debido, en su mayoría de casos, a los discursos políticos. “Los problemas existen, la cuestión fundamental es la actitud ante el problema: lo que tenemos es que aproximar nuestra mirada ante una realidad que es poliédrica, por lo que es muy importante no ser extremista o autoritario”, asegura Ibarra.