Parte de una fachada se ha desprendido a primera hora de la tarde. Los bomberos han acudido para retirar los elementos a puntos de caer.
La tarde ha comenzado con un susto en el barrio El Carrascal. Apenas eran las 16 horas cuando, en la Avenida Juan Carlos I se desprendía un cascote de la fachada de un edificio. Lo hacía a apenas unos metros de la puerta principal de un supermercado y escasos centímetros de la salida de un garaje. La hora hacía que, afortunadamente, no hubiera que lamentar daños.
El pequeño cascote ha alertado a los vecinos que han avisado al servicio de emergencias para prevenir de la caída de más pedazos. Así, acudía rápidamente una dotación de Bomberos de la Comunidad de Madrid acompañada por la Policía Local de Leganés. A los pocos minutos, un camión con autoescala reforzaba el operativo. Una vez allí ubicaron el problema: la fachada del último piso del número 90 de la avenida. Varios ladrillos, cercanos al desagüe, estaban a punto de desprenderse.
Mientras un grupo de bomberos subían a la azotea para ver si podían acceder a los ladrillos, otro subía en la cesta de la autoescala con una pica. Ante una decena de curiosos que observaba la escena desde la calle, y varios vecinos desde sus ventanas, la autoescala se quedaba a escasos metros de la zona afectada. A través de una cuerda, pasaron la barra a los dos efectivos que se encontraban en la azotea que pudieron actuar.
 
Gracias a la pica, los bomberos han retirado algunos ladrillos sueltos que quedaban en la fachada. Además, han revisado el resto de la fachada y parte de la cornisa para comprobar su estado sin que hubiera otros desprendimientos. Esta actuación ha recordado a la realizada por los Bomberos el pasado 27 de julio en la Rioja donde unos cascotes de la celosía caían en la calle.