El Colegio Oficial de Trabajo Social de Madrid ha premiado su artículo de investigación a los premios de la V Gala de Trabajo Social.
Durante las prácticas del Grado de Trabajo Social en un hospital de la Comunidad de Madrid, Sonia García, trabajadora social conoció a un paciente que podría estar sufriendo una situación de vulnerabilidad: «quisimos hablar con él pero no fue posible. Creíamos que estaba dormido porque nadie nos explicó la situación del paciente: tras varios ictus y retirarle una sonda cerebral había quedado en un estado semivegetativo irreversible». Una falta de comunicación que García ha visto en varias ocasiones.
Fue la hermana del paciente quien les explicó que «le habían estado derivando de un hospital a otro sin tiempo previo aviso y apenas tiempo porque nadie se quería encargar de su caso«. Poco más tarde la hermana confesó su deseo de que dejaran de administrarle la alimentación asistida. Una petición que no había sido tomada en cuenta por ninguno de los equipos sanitarios.
La situación animó a esta vecina de Leganés a investigar el caso y publicar un artículo de investigación explicando cómo los dilemas éticos del personal sanitario interfieren en los procesos de finalización de la vida. Investigación que ha sido premiada por el Colegio Oficial de Madrid, los cuales son votados por los propios trabajadores colegiados. Hablamos con ella para conocer las conclusiones de su trabajo y cómo ve la labor de los trabajadores sociales en los hospitales.
El título de tu artículo es «Trabajo Social en la humanización de la asistencia sanitaria en procesos de finalización de la vida», ¿qué es para ti la humanización de la sanidad?
Desde mi punto de vista es «ir más allá de la patología», al final estamos tratando con personas que se van a ver afectadas de forma psicológica y social por la enfermedad. Hay que tratar a la persona en todas sus dimensiones y tener asegurada la autodeterminación: tomar sus propias decisiones con libertad. Además es que en muchas ocasiones el diagnóstico de ciertas patologías van a afectar a nivel familiar, algunos casos la preparación del duelo o el cambio de rol de la persona enferma: que pase a ser de cuidadora a persona cuidada…
En el artículo se destaca la necesidad de escuchar a pacientes y tutores legales en estos casos, ¿por qué los dilemas éticos pesan más que la voluntad del paciente?
Eso es lo que nos preguntamos nosotras. Los profesionales somos humanos y podemos tener nuestras creencias y valores que no pueden influir en nuestra labor profesional pero para eso hay mecanismos como la objeción de conciencia, que permite que no nos lleguen casos de los que no podemos hacernos cargo y que se derive a un profesional que sí pueda. De esta forma se asegura la continuidad de cuidados. «¿Por qué se paraliza tanto la demanda teniendo la objeción de conciencia?».
Se menciona que el desconocimiento del personal sanitario sobre las normas puede afectar a esta situación.
Sí. En este caso en concreto viene por problemas conceptuales. La revocación de tratamientos lleva concebida legalmente desde la Ley 41/2002. En muchas ocasiones se planteaba como algún tipo de eutanasia y hubo mucho problema terminológico pero ahora mismo la Ley 3/2021, que es posterior a mi artículo, lo regula y determina muy bien.
¿Dónde empieza la labor de un trabajador social en un hospital?
El trabajo social debe analizar la dimensión social de los pacientes, pero en la actualidad está muy enfocado a la gestión de recursos como la dependencia o residencias. Pero el trabajador social va mucho más allá. Cuando una persona está enferma no solo tiene una patología, se ve afectada tanto a nivel psicológico como en su entorno social.
En este caso se ayuda a ‘empoderar’, esta palabra que está tan de moda, a que pueda hacer la última petición, acompañarla en el proceso, crear una vinculación que permita que se pueda desahogar y pedir esta demanda.
¿Hay una coordinación real con el personal sanitario?
Existe pero muy limitada, sobre todo por la falta de trabajadores sociales. Para mi es fundamental no solo con los sanitarios sino también con servicios sociales o salud mental, todas las instituciones que también han realizado trabajo con esta persona y tienen información. Tiene que haber una coordinación muy estrecha para conocer la situación de cada persona y poner en común los posibles factores.
También mencionas en el artículo la importancia de que los trabajadores sanitarios tengan tiempo para atender bien a los pacientes y conocer los casos.
Existe una sobrecarga enorme de trabajo en el personal sanitario y, en este caso, de psicología y trabajo social. Esto fue antes de la pandemia, ahora no me quiero ni imaginar. Es muy complicado llegar a todos los pacientes y poder hacer una intervención social más allá del recursos. Hospitales del tamaño del Severo Ochoa tienen solo 3 trabajadores sociales para todo el hospital cuando lo ideal serían 3 por planta porque habría que hacer una primera valoración inicial con todos los pacientes para conocer su situación y detectar casos que no hayan sido alertados por otros servicios. Ahora llegamos a pacientes a través de las anotaciones que ya hay existentes.
¿Cuánto tiempo sería lo ideal para tratar a un paciente?
Se requiere mucho tiempo porque hay que realizar una vinculación muy fuerte con la persona para que se pueda abrir y trabajar contigo. Y mucho más en temas tan delicados como este que se necesita que tengan una conexión contigo. Y más cuando vienen de experiencias previas negativas que les han hecho estar a la defensiva. Lo ideal sería hacer una intervención con el núcleo familiar.
El Colegio Oficial denuncia que los trabajadores sociales en hospitales y centros de salud no están reconocidos como trabajadores sanitarios.
Efectivamente. No tenemos las mismas condiciones y reconocimiento que el resto de trabajadores. Es una lucha que no se consiguió y creo que ahí está uno de los puntos fundamentales porque el trabajo social es esencial en muchos casos. Esto hace, por ejemplo, que en la Ley de Eutanasia no esté reconocido el Trabajador Social por ningún lado a pesar de que nuestros informes son esenciales.
Precisamente el Colegio ha reconocido tu artículo, ¿qué supone esta nominación para ti?
Es un orgullo y un reconocimiento a mi trabajo. Al final es un trabajo que viene de mi experiencia en prácticas y que no pensaba publicar pero mi profesora y maestra, Concha Vicente, siempre confió en mi trabajo. Lo hice y es un reconocimiento enorme y un orgullo contribuir a la construcción teórica del Trabajo Social. Me hace muchísima ilusión.