Pobres con Netflix

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Hace unos días, escuchábamos al portavoz del gobierno de la Comunidad de Madrid decir “¿por dónde estarán los pobres?” ante un informe de Cáritas que alertaba de que 1,5 millones de madrileños estaban en riesgo de exclusión social. 

Fueron unas palabras desafortunadas de alguien que quizás por politiqueo o peor por ignorancia pusieron en bandeja un arma arrojadiza a su oposición política, esa misma que llegó al Gobierno de la Nación utilizando electoralmente la “pobreza energética” y que un par de años después miran para otro lado tras haberse multiplicado por 3 y por 4 el recibo de la luz. ¡Toma pobreza!

Y es que la aporofobia y los patinazos verbales sobre “los pobres” son bastante comunes entre los políticos, sin importar el color. De hecho, en Leganés, una ciudad que casi no ha conocido otra cosa que los “socialistas” en el gobierno tuvo hace unos años una concejal que hablaba de construir un albergue como “atraer pobreza al municipio”. 

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Sin remontarse tan atrás, el actual alcalde, Santiago Llorente, dijo en un evento “que en Leganés afortunadamente no hay pobreza” o que “a las personas ‘sintecho’ no hay que darle dinero porque al final se ha convertido en una forma de vida”. Es más, en su bagaje político hay que apuntarle el “mérito” de haber cerrado el albergue municipal y negarse a abrirlo. 

Y es que en esto de la pobreza también hay mucho clasista. Parece que para estos políticos un pobre sigue siendo aquel que mendiga en la calle o pide limosna en la puerta de una iglesia. Pero no, en el siglo XXI hay mucha gente que come gracias a las famosas “colas del hambre” (bancos de alimentos o entidades como Cáritas), familias que solicitan becas y ayudas aunque solo sea para que sus hijos puedan comer en el comedor del colegio, por ejemplo… 

Es más, si nos ponemos teóricos, definiríamos como pobre a aquel que un banco no le daría una hipoteca porque tendría que destinar más de un 35% de su salario (si lo tiene), en general para pagar sus deudas como un alquiler mensual. ¡Y en Leganés los alquileres empiezan en los 700 euros! Así que, echemos números… Pobres, pero pobres.

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Pobre es el autónomo, ese al que no se le perdonó ni un impuesto mientras se le intervenía la empresa en pleno confinamiento. Es mismo al que le cobran un 20% de recargo si se retrasa un día el pago de impuestos cuando se le juntan a la vez gastos de su negocio, de suministros, pago de nóminas, seguros sociales, etc.

Ese al que le han subido la cuota hasta cuatro veces en 2 años.

Pobre es aquel que tiene su nómina congelada hace años, pero ve que cómo el IPC no para de subir. Pobre es ese pensionista o ese trabajador con los que se hacen campañas políticas por haberles subido unos eurillos o el salario mínimo a 1.000 euros para que 3 meses después estén pagando la gasolina a casi el doble o su cesta de la compra haya subido un 20%.  

Vivir para trabajar

Pero no, no caigamos en el hooliganismo político. El otro mal que azota nuestro país. Lástima de las dos Españas capaces de defender una cosa y su contraria cuando es “su” partido el que gobierna… 

Ayer mismo escuchaba decir… “Sí, lo estarán pasando muy mal, pero en su casa tienen el Netflix, todos llevan móviles y bien que se toman un café todos los días en el bar”.  ¿Netflix? ¿Un móvil? ¿Un café? Por favor, ¿hemos llegado al punto en el que solo merecemos vivir para trabajar y no al revés? ¿De verdad es un lujo tener Internet en casa (ese que nos ha permitido teletrabajar) o querer salir a comer un día con la familia fuera por hacer algo distinto? Flaco favor le hacemos a esos gobernantes de turno que siguen sin ver los pobres por ninguna parte.

Ojo, abro un paréntesis, que también tenemos lo contrario, están esos pseudocomunistas decimonónicos o trasnochados que a un emprendedor que intenta montar un negocio (y encima que le funcione) solo por el hecho de intentarlo ya ha dejado de pertenecer a la clase trabajadora para entrar en el club de la élite pudiente. 

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Decía un conocido y gran persona que la vida no se ve igual sentado en un coche de 120.000 euros. Será así. Pero habrá que añadir que debe ser que los pobres, los del Netflix, tampoco se ven desde un coche oficial.

Ricardo López
Ricardo López
Concejal de Unión por Leganés (ULEG) en el Ayuntamiento de Leganés.

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PepeGrillo
PepeGrillo
2 años

Con estos políticos que tenemos cada vez hay mas pobres, y en ellos les meto también a ellos porque son pobres de vista los que llevan en la potronas años y años y ya no pisan las calles ni saben de pobreza porque a ellos les cae el buen sueldo que reciben de todos los españoles como la sopa boba y ya no saben ni como son las baldosas de la calle, tenemos mandando a pobres de vista pero montados en cochazos oficiales de lujo. Estos políticos son también una pobreza para los españoles.

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