Los sindicatos CSIF y SAE han alertado del estado de saturación que viven en estos momentos las urgencias del Hospital Severo Ochoa. Al cierre de camas propio de cada verano, se ha sumado la nueva ola de COVID que estamos sufriendo que, aunque no tiene un reflejo en las hospitalizaciones como las primeras olas, sí se ha visto afectado.
Los sindicatos señalan que el centro ha cerrado 16 camas a pesar del aumento de pacientes, aumentando la presión asistencial y «dejando las plantas de ingresos bajo mínimos», una situación que se ha acrecentado, según los sindicatos, por el cierre de los servicios de urgencias de atención primaria.
Según CSIF, «hay pacientes repartidos por los pasillos porque no caben en las salas. Además, desde hace unos días, cada mañana nos encontramos con cerca de 20 o 30 pacientes pendientes de ingreso». Un número que este 22 de julio, según SAE, ha llegado a 38. Desde el Hospital Severo Ochoa se resta importancia a estos datos asegurando que se trata de «una presión asistencial intermedia para este servicio». De hecho, respecto al COVID, se encuentran ingresados 48 pacientes, lo que supone un importante descenso con respecto a la primera semana de julio (72) y la semana pasada (67).
¿Cuenta con personal suficiente?
El Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) ha transmitido la situación a la Dirección Gerencia, la Dirección Médica y la Dirección de Enfermería a través de un escrito en el que han denunciado la sobrecarga laboral. Además, CSIF destaca que «la Junta de Personal del Hospital Severo Ochoa ha hablado en reiteradas ocasiones con la dirección de enfermería y con la gerencia del hospital y ha remitido, además, varios escritos denunciando la situación».
Unas acusaciones que el Hospital Severo Ochoa niegan. Y es que aseguran que el personal de Urgencias ha sido reforzado con 2 especialistas mientras que seis enfermeras y seis técnicos de cuidados y auxiliares de enfermería se han sumado al equipo de enfermería.
Lo cierto es que en las últimas semanas las quejas de los vecinos a través de las redes sociales han aumentado, denunciando un gran retraso en la atención en el servicio de urgencias, llegando a volver a casa sin ser atendidos después de haber pasado horas en la sala de espera.