«Estamos ya en 27 días… alguien acabará ingresado». Así de duro es Charles Rodríguez mientras le acompaña Rubén Agudo. Los dos son los bomberos en huelga de hambre de Leganés. Reclaman volver a ser admitidos tras quedarse sin plaza durante el traspaso del cuerpo de bomberos de Leganés a la Comunidad de Madrid.
El ayuno prolongado está claramente contraindicado por los médicos cuando se alarga más de 48 horas. En el caso de Charles y Rubén, su protesta les ha llevado a mantener la huelga de hambre casi por un mes, mientras los Ayuntamientos de Leganés y Madrid negocian su posible solución, lo que está teniendo graves consecuencias para su salud.
Consecuencia, sin duda, de la falta de nutrientes e ingesta de alimentos, han empezado a tener problemas clínicos. La doctora Carolina González, nutrióloga del Centro de Nutrición y Diabetes de Clínica Alemana explica que el organismo consume la glucosa como «combustible más inmediato» en las primeras 36 horas de ayuno.
El cuerpo consume masa muscular
«Cuando ayunamos durante unas horas o días, el cuerpo no tiene su acceso habitual a la glucosa, lo que obliga a las células a recurrir a otros medios para producir energía. Como resultado, comienza la gluconeogénesis, un proceso natural de producción de su propio azúcar», explica Susan Puckett, asistente médica del Boulder Medical Center en ‘Voz pópuli’. “Después de eso se va a seguir tratando de conseguir energía a través de los ácidos grasos y, finalmente, de los músculos con las proteínas”, explica González.
Los organismos de Charles y Rubén están consumiendo ya las proteínas de su masa muscular para conseguir aminoácidos de los que obtener la glucosa. «Esta mañana me he pesado y he perdido ya 12 kilos», confesaba el primero de ellos tres días atrás. Se trata de una pérdida de masa muscular que les puede acarrear problemas de movilidad.
«El hígado ayuda al convertir materiales que no contienen carbohidratos –como lactato, aminoácidos y grasas– en energía. Debido a que nuestros cuerpos conservan energía durante el ayuno, nuestra tasa metabólica basal (la cantidad de energía que nuestros cuerpos queman en reposo) se vuelve más eficiente, lo que reduce la frecuencia cardíaca y la presión arterial«, añade Puckett.
En estos días, Rubén ha sido ingresado en una ocasión por hipoglucemia grave, y está siendo vigilado en su centro de salud por un problema en su hígado. «Mi cuerpo tira más de la glucosa y la tengo bajo mínimos. Solo quiero dormir», asegura. Por su parte, el organismo de Charles se mantiene en niveles seguros, pero la falta de energía y el cansancio empiezan a hacer mucha mella.
Sistema digestivo paralizado
Actualmente, parte de su sistema digestivo y excretor podría estar paralizado, sobre todo, el estómago y los intestinos, ante la falta de alimento que digerir. Por ello, los expertos recomiendan que, a la vuelta a ingerir alimentos, esto se haga de forma controlada. González explica que estas consecuencias no solo se quedan en algo puntual, sino que pueden constituir un problema serio de salud a la larga.