La Vuelta Ciclista a España ha vuelto a estar acompañada de polémica. Este 2025, en Madrid, varias personas han mostrado la bandera palestina como gesto de protesta por el genocidio en Gaza, lo que ha motivado la identificación de algunos manifestantes por parte de la Policía.
Un episodio que recuerda a lo ocurrido el año pasado con un vecino de Leganés, Luis Gimeno, que en la etapa final de la Vuelta 2024 desplegó una bandera republicana. En su caso, la Delegación del Gobierno le impuso una sanción de 700 euros, acusándole de desacato tras no querer retirarla, que sigue todavía en trámite judicial.
Un vecino que repite protesta
Gimeno ha explicado que volverá a estar presente este año en la recta final de la Vuelta y que protestará nuevamente. Al mismo tiempo, ha manifestado su apoyo a quienes exhiben la bandera palestina durante la carrera.
“El año pasado fui sancionado por mostrar la tricolor, y este año quiero volver a hacerlo. También entiendo que la prioridad este año es denunciar lo que está ocurriendo en Palestina porque es un auténtico genocidio”, señala.
La Vuelta como escaparate
Este año, buena parte de las protestas se centran en exigir la expulsión del equipo Israel Premier Tech de la competición. La organización de la Vuelta ha asegurado que no puede hacerlo legalmente, aunque sí les ha pedido que abandonen la carrera de manera voluntaria. El equipo se ha negado y continúa compitiendo.
Las protestas se han mantenido en varias localidades del recorrido. Este sábado, la Vuelta se ha visto obligada a modificar su trazado para evitar pasar por Cercedilla, donde se había convocado una concentración pro palestina con gran asistencia prevista.
Libertad de expresión en debate
Estas situaciones han reabierto el debate sobre los límites de la libertad de expresión en espacios públicos y eventos deportivos. Mientras el procedimiento judicial contra Gimeno continúa abierto, son muchas las voces que recriminan que las protestas empañen un evento deportivo; mientras que otros aplauden el altavoz que este permite para expandir el mensaje. Un debate que, a pesar de todo, consigue el objetivo de los protestantes: poner sobre la mesa lo que está ocurriendo en Palestina.



 
                                    


