FÚTBOL. PRIMERA DIVISIÓN. JORNADA 28. El Club Deportivo Leganés pierde en Butarque por 0-2 frente a un Girona que se impuso con doblete de Portu. La mala defensa en la primera mitad y los errores arbitrales de Munuera Montero evitaron que el Leganés entrara en un encuentro en el que no merecieron puntuar.
Vivimos en un mundo gobernado por apariencias. Donde todo es humo. Donde todo puede ser considerado como un todo… o la nada. Un Leganés-Girona que (más allá de la necesidad de supervivencia de dos equipos noveles en esto de la élite) era un mero trámite en la noche del sábado, se colocó en el foco del fútbol español por una tentativa de politizar un partido de fútbol. Al final, triunfó el fútbol. Como debería ser siempre.
Por otro lado, pero mismo patrón, las apariencias siempre engañan. Butarque, que ha sido durante dos años el estadio con mejor porcentaje de asistencia, mostraba un ambiente desolador durante la previa del encuentro en los aledaños del fortín pepinero. Pero, como les dice servidor, las apariencias son solo eso, apariencias. Pasó el tiempo, y Butarque volvió a llenarse. Como siempre. En Butarque «los sueños se cumplen», pero no hay espacio para las apariencias.
‘Super Pepino’, mascota el Leganés, en los aledaños de Butarque durante la previa El CD Leganés, un club que pasa de generación en generación
Dominio inicial de un Girona que se adelantó demasiado pronto
Durante el primer tramo de encuentro, los visitantes se hicieron dueños de la pelota. El ágil fútbol de los catalanes se impuso a un Leganés que, sin embargo, no cedió ni un palmo de terreno. Los de Pellegrino, bien posicionados, no tuvieron problemas durante las primeras internadas del Girona y confiaron el juego ofensivo a un En-Nesyri participativo, arrancando desde el centro del campo para generar ocasiones de peligro. Pero el muro defensivo comenzó a desmoronarse.
El dominio de los rojiblancos no podía verse traducido en un gol a corto plazo. Pero las ocasiones acaban llegando y, con suerte y destreza, acaban materializándose. Portu, en una jugada como muchas otras, se zafó de la zaga pepinera y cruzó el balón por el lado izquierdo del ‘Pichu’ Cuéllar. Balón a la red y 0-1. Demasiado pronto para condicionar un partido. Jarro de agua fría para un Leganés al que le costó entrar en situación.
Una defensa desconocida en Butarque
Sin reacción blanquiazul, el Girona volvió a golpear. En un saque de fondo botado por Bono, Stuani peinó lo justo el balón con la cabeza para cederlo a un Valery que, desde el lateral del área, centró raso el esférico para que Portu, a placer, pusiera el 0-2. El Leganés, que mostraba una pobre imagen en Butarque, se llevó mayor castigo del merecido y ya perdía por dos goles antes de la media hora de encuentro.
No era la noche de Reyes. Pero, siendo justos, el total de la responsabilidad no podía recaer sobre el mexicano. La defensa del Leganés no se presentó en Butarque. Ni estaba, ni se le esperaba. No es buena señal para un equipo que se juega más de media salvación en las próximas semanas.
Al término de la primera mitad solo existía un equipo sobre el terreno de juego. Si la diferencia no fue más amplia, habría que agradecerle algo a Cuéllar, que estuvo providencial en lo que pudo. Un portero en solitario lo tiene complicado para salvar un mundo.
El Lega dejó los deberes para el final y se fue con las manos vacías al descanso. No sin algo de polémica antes, claro. A las puertas del intermedio, Nyom remató a bocajarro frente a Bono. La jugada, invalidada por Munuera Montero inicialmente, fue revisada por el VAR durante casi dos minutos sin fruto para los pepineros. Vuelta al juego y 0-2 al paso por vestuarios.
La jugada generó revuelo en las gradas e indignación en el Leganés. Jugada muy justa en la que la interpretación del árbitro perjudica a los blanquiazules. Y ya van unas cuantas. Juzguen ustedes mismos.
El Leganés cambió el esquema en la segunda mitad
Llegó el descanso y rodaron cabezas. Con o sin polémica por el gol anulado, era lo normal. Algo no estaba funcionando en las filas pepineras. Salió El Zhar en lugar de Reyes para cambiar a defensa de cuatro y meter algo más de pólvora arriba. Con cuarenta y cinco minutos para remontar un encuentro, era lo mínimo que se esperaba.
El Lega espabiló, aunque no era suficiente. Se agotaba el tiempo y, en medio de la crispación en las gradas, los de Pellegrino tenían destellos ofensivos. En-Nesyri y Braithwaite, con la ayuda del refuerzo de El Zhar, volcaron sus esfuerzos en meter al Leganés en el partido. Pero Munuera Montero no puso de su parte para que el encuentro se desarrollara en igualdad de condiciones. Los errores arbitrales condicionaron la segunda mitad y la afición se echó encima.
Carrillo tuvo en el 68′ la ocasión más clara de un Leganés que veía cómo volvían a caer en Butarque, su fortín. La última derrota fue en septiembre de 2018, y es para tenerlo en cuenta. El Girona bajó una marcha pero los locales no supieron aprovechar el tirón. Cuando llevas desde el 23′ con dos goles en tu contra, es difícil entrar en el encuentro.
Derrota sin excusas y a preparar el derbi
Más allá de los errores arbitrales, el Leganés no mereció puntuar en la noche del sábado. Sin ideas para mover el balón con peligro y con una defensa poco lubricada, los de Pellegrino tienen tarea pendiente de cara al derbi del sábado y al resto de la temporada. Si no se pulen ciertas cosas, las diez jornadas restantes pueden hacerse muy largas.
El sábado a las 13:00 horas tienen la oportunidad de revertir la situación con un derbi frente al Getafe en el Coliseum Alfonso Pérez. Buena oportunidad para poner pie y medio en la salvación y evitar la caída a los infiernos de un equipo que está mejorando sus estadísticas de la pasada campaña.
