Mari Nieves, Fátima, Rocío, Rosi… 42 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas en lo que va de año. La ultima de ellas, una menor de 15 años acuchillada por su novio. En memoria de todas ellas, decenas de personas han salido hoy a las calles. También en Leganes.
Vestidas de negro y con la memoria de esta terrible lista de asesinadas en su pecho, todas las asistentes marchaban por la Calle Juan Muñoz alzando la voz por quienes ya no pueden. Una vela encendida tintineaba en sus manos por cada una de las asesinadas. Una vez la comitiva llegaba a Plaza España de Leganés, se procedía a la lectura de un manifiesto con un claro mensaje: «El miedo tiene que cambiar de bando»
El machismo es transversal, es estructural y ejerce violencia. Y su máxima expresión son los asesinatos. «La mató porque era suya o de nadie más», lamentan sobre el último feminicidio. «Parecía que las nuevas generaciones lo estaban dejando atrás, pero aún no es suficiente», añaden.
Es imposible no emocionarse, no revolverse, al conocer el nombre y la historia de cada una de las asesinadas. Al conocer que muchas denunciaron, muchas se separaron, muchas dijeron ‘no’, pero sus asesinos no lo aceptaron. Y ese ‘no’, sentido como ofensa, fue el detonante de la máxima expresión de la violencia que ya ejercían sobre ellas.
Igualdad en la educación, justicia en igualdad
Para que realmente el machismo se quede atrás, se ha hecho una llamada a la acción, reivindicando la educación sexual y afectiva en los centros educativos. Una educación que no va solo de sexo, sino de derechos, libertades, intimidad, amor y respeto. Una educación sobre la que construir la igualdad.
Esta educación tendrá la justicia como su máxima expresión. Una justicia feminista, que tenga en cuenta el machismo estructural y que realmente analice cada caso para evitar que, aún denunciando, se den casos de asesinatos machistas.
«El miedo cambiará de bando», reivindican. El miedo de las mujeres a ser acosadas, asesinadas, violadas o humilladas por familiares, amigos o desconocidos en cada momento del día. Miedo con el que convivimos las mujeres inconscientemente. Miedo que no desaparecerá hasta sentirnos seguras en cualquier espacio y con cualquier persona, sea hombre o mujer.