Leganés, hoy una ciudad vibrante al sur de Madrid, encierra una historia fascinante que se remonta mucho más allá de su fundación oficial en el siglo XIII. En este artículo, te invitamos a hacer un viaje a través del tiempo para conocer los orígenes de Leganés, entender la historia de la ciudad, y descubrir por qué sus habitantes son conocidos como los pepineros.
Los primeros asentamientos: Los orígenes de Leganés (Madrid)
Aunque su fundación oficial es medieval, la zona que hoy ocupa Leganés ya albergaba asentamientos humanos hace más de 2.700 años. Excavaciones arqueológicas realizadas entre 1999 y 2000 en el Parque Residencial Polvoranca revelaron una necrópolis de incineración datada en la primera Edad de Hierro (siglos VII-VI a.C.), con 32 enterramientos que muestran rituales funerarios avanzados.
También se hallaron restos de poblaciones prerromanas entre los siglos V y III a.C., así como señales de ocupación en época altoimperial romana e hispanovisigoda (siglo VI d.C.). Estos vestigios consolidan a Leganés como un enclave históricamente estratégico y fértil, propicio para asentamientos durante distintos periodos.
Además, las ruinas de una iglesia medieval dedicada a San Pedro Apóstol, también en la zona de Polvoranca, constituyen uno de los elementos patrimoniales más antiguos conservados.
Fundación de Leganés: De “Leganar” a Villa con historia
Tras los avances de la Reconquista, las comunidades mozárabes, judías y musulmanas que poblaban el entorno se replegaron hacia zonas como Polvoranca. Fue entonces, hacia el año 1280, cuando se considera que se produce la fundación oficial de Leganés como aldea.
El nombre original, «Leganar», proviene del latín leganos, que hace referencia a un “terreno fangoso”, descripción muy acorde con el paisaje de la época. La huida de pobladores rurales de otras zonas afectadas por las pestes europeas de los siglos XIII y XIV propició un crecimiento lento pero constante. Estos nuevos pobladores adoptaron a San Nicasio como patrón protector frente a las enfermedades.
El apodo «pepineros»: origen del gentilicio más famoso
Uno de los elementos culturales más distintivos de la historia de Leganés es el apodo “pepineros”, que se remonta a 1580. En aquella época, Leganés tenía una destacada actividad agrícola, especialmente centrada en el cultivo de pepinos, muy apreciados en los mercados de Madrid.
Los agricultores llevaban estos productos en carros y eran anunciados como “¡Llegan los pepineros!”, dando origen a un gentilicio popular que perdura hasta hoy y se ha convertido en símbolo de identidad local.
Ese mismo año, Leganés fue reconocida como aldea bajo jurisdicción de Madrid, y en 1579 Felipe II otorgó una provisión real que favoreció su desarrollo administrativo.
Siglos XVI al XVIII: Consolidación de la identidad de Leganés
Durante esta etapa, la localidad fue desarrollando su perfil urbano y religioso. En 1600 se iniciaron las obras de la Iglesia de San Salvador, que finalizaron un siglo después. En 1626, el poblado fue adquirido por Diego Messía, Marqués de Leganés, quien jugó un papel relevante en el desarrollo económico y social del municipio.
En esta etapa, las desigualdades económicas eran notables, especialmente en la tenencia de tierras. También destaca el carácter burocrático de la administración: las respuestas de los escribanos reales podían tardar hasta 20 años, debido al temor de que un aumento del censo implicase mayor presión fiscal.
Leganés moderna: urbanismo, industria y progreso
A mediados del siglo XIX, Leganés empezó su transformación hacia la modernidad. En 1850, se construyeron nuevas edificaciones en el lugar donde estuvo el antiguo palacio del marqués, dando paso al Hospital Psiquiátrico de Santa Isabel.
En 1880, llegó el ferrocarril a la ciudad, y poco antes, en 1877, ya operaba un tranvía desde la Plaza Mayor de Madrid, primero con tracción animal y luego a vapor. Este medio fue utilizado por las tropas republicanas durante la Guerra Civil, siendo bombardeado en 1937.
También se instalaron infraestructuras pioneras como el alumbrado eléctrico (1895), oficina de correos (1900), el telégrafo, fábricas de electricidad, chocolates, jabones, y un teatro propio (Durán). La cárcel se encontraba dentro del propio ayuntamiento.
Auge industrial y crecimiento demográfico
Hasta los años 50, Leganés mantenía un perfil rural. Pero a partir de 1958, la instalación de empresas como Queserías Castilla o fábricas de papel kraft marcó el inicio de su etapa industrial.
El crecimiento fue exponencial: la población pasó de 8.000 habitantes en 1960 a 57.000 en 1970. En 1958 comenzaron a construirse casas bajas, y en 1961 aparecieron los primeros bloques de viviendas en el barrio de San Nicasio.
Leganés hoy: ciudad pepinera, moderna y universitaria
En las décadas de los 80 y 90, Leganés consolidó su carácter como ciudad dormitorio de Madrid. Con la llegada de instituciones como la Universidad Carlos III y el Hospital Severo Ochoa, la ciudad amplió su infraestructura educativa y sanitaria.
A finales del siglo XX, ya superaba los 170.000 habitantes, convirtiéndose en una de las ciudades más pobladas del sur de Madrid. Pese a la transformación urbana y demográfica, Leganés mantiene viva su memoria y tradiciones, orgullosa de sus raíces como ciudad pepina.
La Historia viva de una ciudad con identidad
La historia de Leganés y los orígenes de la ciudad revelan un proceso continuo de adaptación y crecimiento, desde asentamientos prehistóricos hasta una ciudad moderna. Su evolución es un reflejo de la historia viva de muchas localidades españolas, pero con un carácter propio: el del orgullo pepino, tan único como entrañable.
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Yo nací en Leganés calle espejo en 1953 junto al colegio Carlos Ruiz de la calle el charco y conocí Polvoranca de pequeño y me e preguntado porque eliminaron la gran arboleda que había con arboles grandísimos qué entraba ni el sol y se los cargaron hoy sería delito siempre que pasó me acuerdo una pena