Tras la resaca del 4M estudiamos qué ha ocurrido en los diferentes barrios de Leganés donde varias mesas han roto la homogeneidad a favor de PSOE y Más Madrid.
La Comunidad de Madrid se ha teñido de azul. Los cinturones y bastiones se han roto este 4 de mayo. Todo lo que antes era del característico rojo del PSOE se ha inclinado hacia el azul del PP o, mejor dicho, de Isabel Díaz Ayuso. Un giro que también se ha registrado en Leganés; lo que antaño fue un gran bastión del PSOE encabezando la victoria de Pedro Sánchez para entrar en la Moncloa el 10-N. Tan solo ha conseguido aglutinar al 23,3% de los votantes frente al 35,79% que ha apostado por Isabel Díaz Ayuso. Un resultado que, a pesar de lo malo, sigue siendo mejor para el socialismo que el obtenido en el resto de municipios del cinturón rojo.
Sin embargo, si ponemos la lupa en las calles de Leganés vemos cómo el PSOE ha sido relegado en muchas mesas electorales a la tercera fuerza. Y es que el sorpasso de Más Madrid se ha visto reflejado en Leganés, y muy claramente en Leganés Norte donde García ha superado a Gabilondo en 6 de las 7 mesas. En la séptima, Gabilondo fue la segunda fuerza por debajo de Ayuso.
Es más, en en dos mesas electorales de Leganés Norte, Más Madrid ha sido la fuerza más votada, concretamente en las que más cerca estaban de la residencia de mayores Vitalia Home, una de las más golpeadas por la pandemia y muy crítica con la gestión de Ayuso. Sus familiares han encabezado dos querellas contra el Gobierno de Ayuso llegando a obtener el reconocimiento judicial de que las residencias eran competencia de la Comunidad y no del Gobierno central.
Nueve mesas teñidas de rojo
La guerra entre PSOE y Más Madrid se ve claramente cuando analizamos las mesas por media de edad. Mientras que las zonas más antiguas, como el centro de Leganés o San Nicasio, PSOE saca una gran ventaja a la formación de Mónica García, en los barrios nuevos es la formación verde la que consigue adelantar a Ángel Gabilondo. Así pasa por ejemplo en Poza del Agua donde Más Madrid ha conseguido más del 20% de los votos.
A pesar de todo nueve mesas han mantenido su signo rojo. Eso sí, repartidas por todo Leganés. Dos de ellas en el casco céntrico de San Nicasio -donde VOX y Podemos empatan-, una en los alrededores del Pabellón Europa, otras tres en las calles Rioja, Alpujarras, Almunia y Getafe, y otras dos en las cercanías del Ayuntamiento de Leganés. En ninguna de ellas se supera al PP en más de 3 puntos porcentuales.
Curioso es el caso de la zona de Solagua donde se ha registrado un empate técnico entre PSOE y PP. No muy lejos, en el casco antiguo, tienen las cosas más claras: PP arrasa con más de la mitad de los votos mientras que como tercera fuerza aparece VOX. Curiosamente esto ocurre en la calle del Charco donde el PSOE de Leganés tiene su sede y donde más hostelería local hay. Recordemos que el presidente de de los hosteleros de Leganés se dejó ver primero en las caceroladas convocadas contra las restricciones y, esta semana, en el mitin de Ayuso en Leganés.
La presencia de VOX ha sido mayoritariamente residual en los barrios de Leganés. Apenas son una decena de mesas las que han votado a esta formación en más de un 10%. Así ha ocurrido por ejemplo en el centro de La Fortuna, un barrio afectado por la okupación donde se llevaron a cabo manifestaciones contra menores conflictivos que okuparon un piso en el centro. En esta zona la opción de ultraderecha se lleva más del 10% de los votos posicionándose como cuarta fuerza. Lo mismo ocurre en la zona de la Universidad Carlos III y el barrio de las Flores, el que más denuncia las fiestas que se producen en la Cubierta y los posteriores conflictos; mientras que en la propia zona de la Cubierta, se queda en el 5%.
¿Y a qué se debe este brutal cambio?
Muchos analistas apuntan a que la gestión del coronavirus ha sido el factor determinante en estas elecciones. Así se han enfrentado las políticas más laxas de Ayuso contra las restricciones y contradicciones del Gobierno central de Pedro Sánchez. Sin embargo, la calle apunta a otra posibilidad: el voto útil.
Mientras el debate de la campaña se polarizaba entre izquierda y derecha, han sido muchos los que, ante el miedo por el auge de la extrema derecha han visto una tercera opción, apostando por, como decía Beatriz Fanjul, lo malo conocido. Este ha sido el razonamiento de muchos, incluso votantes de izquierdas: como Ayuso va a tener mucho apoyo, es preferible que gana por goleada y no necesite de la ultraderecha, antes de que se vea obligada a cogobernar con ellos. Esto ha inclinado a escoger la papeleta de los populares.
De esta forma, mientras que Mónica García se ha transformado en el voto de quienes están hartos de la gestión del PP, sobre todo en tema de sanidad, Ayuso ha ocupado el puesto que ansiaba Pablo Iglesias: el voto útil para frenar a la extrema derecha. Solo el tiempo decidirá si realmente esta ha sido una táctica buena o, se cumplen los malos augurios del ya ex líder de Unidas Podemos.