Es bien conocida la problemática que existe con el ‘puente Simago’ en la Avenida Mendiguchía Carriche. Durante los últimos años se le ha conocido como el famoso ‘túnel tragacamiones’ por la cantidad de vehículos que se quedan atascados a consecuencia de la baja altura del puente ante la negativa de ADIF para modificarlo, y que en ocasiones ha protagonizado el debate de los programas electorales.
Han sido muchas las ocasiones en las que se han propuesto alternativas para que coches, autobuses y camiones no sufrieran la desgarradora ‘boca’ del tragacamiones. Esta vez, y dentro del debate preelectoral, el PSOE ha propuesto una nueva alternativa para que el puente más conocido de Leganés pase a la historia de la ciudad.
El primer edil y candidato a la reelección, Santiago Llorente, ha lanzado su última propuesta: soterrar parte de la Avenida Mendiguchía Carriche hasta conectarla con la calle Getafe, incluyendo dos grandes aparcamientos subterráneos en Plaza España y Plaza Fuente Honda. En la calle Getafe contaría con dos ramales, una hacia Leganés central y otra a la Universidad Carlos III. Así lo explicaban en una rueda de prensa los socialistas de Leganés.
De esta forma, la solución para el puente podría convertirse también en una solución para la falta de aparcamiento, acallando las críticas tras la peatonalización de parte del centro de la ciudad.
Más de dos décadas de propuestas
Pero esta no ha sido la primera propuesta para esta la conexión entre San Nicasio y el centro de Leganés a lo largo de la historia.
Desde hace más de dos décadas, los vecinos de Leganés han protestado por la división que generaban las vías entre San Nicasio y el centro, creando un impacto no solo estético y urbanístico sino también acústico entre los vecinos. Por ello, el alcalde socialista José Luis Pérez Raéz (2007-2011) luchó con Fomento y ADIF para un proyecto que soterrara la vía, consiguiéndolo en 2011. «Leganés tiene su macroproyecto», titulaba EL PAÍS.
Tras ello le tomó el relevo Rafael Gómez Montoya que se unió a los alcaldes de Fuenlabrada, Alcorcón, Getafe y Móstoles, en la lucha y, finalmente, se firmó un protocolo con Fomento para hacer el plan de soterramiento. Pero este no llegó a ejecutarse en Leganés por la orografía de la ciudad, aunque sí se hizo en Getafe y Alcorcón.
Ante este bloqueo, durante muchos años se ha echado la culpa a ADIF de no hacer nada, incluso Santiago Llorente reconocía que el problema era de «difícil solución». Por ello se procedía a colocar un semáforo con sensores de altura en lo alto del puente. Cuando detecta que un vehículo es demasiado alto, se pone en rojo. Esta solución se prometió como el fin del problema, pero no lo fue.
En este tiempo también han sido multitud las propuestas de la oposición para mejorar la señalización. ¿Será este nuevo túnel el fin del puente tragacamiones?