Han sido dos semanas de negociaciones o, al menos, de llamadas y reuniones. Desde que se dieran a conocer los resultados de las elecciones que daban la victoria a Miguel Ángel Recuenco (PP) por tan solo un concejal sobre Santiago Llorente (PSOE), la maquinaria de la izquierda comenzó a rodar. El líder socialista congregó la primera reunión pero fue Más Madrid el que puso la primera piedra de un acuerdo conjunto.
Las reuniones iban bien, pero las matemáticas no daban: necesitaban los tres concejales de ULEG para poder sumar la mayoría necesaria de 14 concejales. Todos eran conscientes y la maniobra estaba clara, poner a ULEG entre la espada y la pared para acusarle de haberle dado el gobierno a la derecha y la extrema derecha. Tanto es así que apenas dieron margen a Carlos Delgado para estar presente en las mesas sin que se abriera una negociación para evitar su línea roja: no hacer alcalde a Santiago Llorente.
Pero algo no ha salido como esperaban, y es que parece que no todos jugaban al mismo juego. Podemos no quería apoyar la reelección del hasta ahora alcalde, al que tanto han criticado, sin que hubiera garantías de gobernar. «Si me presentan un acuerdo con Carlos Delgado, lo voto, si no me votaré a mi misma», nos adelantaba Pulido.
Durante este tiempo los rumores han corrido como la pólvora y, al estar claro que no iban a tener el apoyo de ULEG, sonaba la posibilidad de que un tránsfuga sumara el número 14, realizando un ‘tamayazo’, algo con lo que Podemos no estaba por la labor de participar.
Llegada la hora de la verdad, la urna volvía a a la mesa de edad para emitir un voto secreto. Ante la sospecha, los dos concejales de Vox mostraban su voto: Beatriz Tejero.
Carlos Poblete era el único que daba el paso y se retiraba de la batalla. Él dejaba de ser candidato, dejando claro que su voto iba a Santiago Llorente como habían hablado. Pero Alba Pulido no le seguía y se votaba a sí misma, al contrario que su compañero, Óscar García. Después de haber firmado su pacto con PSOE, mantenía su voto a Llorente, trasladando el foco mediático de la pretendida crítica a ULEG a la tensión y división de la coalición. Resultado: Santiago Llorente 12; Miguel Ángel Recuenco, 9.
«Y ahora… a trabajar«
Desde la grada, el principal protagonista de la jornada, Miguel Ángel Recuenco (PP), reconocía en sus primeras palabras a los medios locales que durante estas semanas había esperado a que se terminaran las negociaciones que a él «no le incumbían» para ponerse a trabajar en sus propias negociaciones. Negociaciones para las que ha dejado claro que no tendrá líneas rojas dejando la puerta abierta a ULEG y Vox.
Por su parte, Carlos Delgado se mostraba tranquilo y confesaba que quería ponerse a trabajar teniendo como única línea roja «la defensa de los derechos humanos y el sentido común». También con ganas se mostraba Beatriz Tejero. Ahora Recuenco, que necesita de los dos partidos, solo tiene que elegir cuán profunda será la relación con cada uno de ellos. ¿Quién será su pareja de baile?
Lo que está claro es que a partir de aquí solo queda comenzar a trabajar, algo que el popular parece tener claro, no en vano sus primeras palabras nada más salir del Teatro José Monleón fueron estas mismas, entre risas, dirigidas a su jefe de prensa: «¡A trabajar!».
